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La reflexología podal es una terapia efectiva con la que poder tratar diferentes problemas o dolencias mediante diferentes puntos de presión en los pies.

A través de esta terapia manual, que se realiza ejerciendo presión o masajeando puntos concretos de los pies, se consigue mejorar y beneficiar diferentes órganos, músculos o partes del cuerpo que necesitan ser tratados. 

Desde Hammam Al-Ándalus te contamos en profundidad qué es y para qué sirve la reflexología podal y cuáles son los beneficios de este terapeutico masaje en los pies. 

¿Qué es la reflexología podal?

La reflexología podal es un tratamiento terapéutico con el que conseguir beneficios al ejercer presión en diferentes partes o puntos de los pies. Aunque existen diferentes opiniones sobre los orígenes de esta técnica manual curativa, se cree que comenzó a realizarse en antiguas culturas como la egipcia. Sin embargo, es muy probable que los beneficios de la reflexología podal actual tengan su origen en la China de hace miles de años.  

Independientemente de cuándo o dónde comenzará la reflexología podal, esta técnica terapéutica se basa en que diferentes partes del cuerpo se ven reflejadas en los pies por lo que, al masajear o ejercer presión en esos determinados puntos, se consigue mejorar también el estado de la parte reflejada. Así, por ejemplo, podrás conseguir liberar tensiones de la espalda con un masaje relajante o con presiones ejercidas en los pies con la reflexología podal. De forma directa o indirecta, a través de la reflexología podal se pueden tratar músculos, órganos y otras partes del cuerpo que nada tienen que ver con los pies. Además, por supuesto, otro de los grandes beneficios de la reflexología podal es que es capaz de tratar y prevenir problemas de los pies. 

Es importante tener en cuenta que, aunque no se requiere de herramientas ni maquinaria especial ya que se realiza directamente con las manos, los beneficios de la reflexología podal solo se apreciarán si la terapia es realizada por un profesional. Además, otro de los grandes beneficios de la reflexología podal es que puede tratar tanto la parte física como la más emocional de cada persona, logrando llegar incluso al origen para su proceso curativo. Eso sí, es fundamental tener claro que se trata de una técnica terapéutica muy eficaz pero no capaz de sustituir los servicios médicos cuando sean requeridos. Así, la reflexología podal puede convertirse en el mejor acompañante de diferentes tratamientos médicos que previamente el paciente ya tenga, pero nunca puede llegar a sustituirlos sin un asesoramiento médico previo. 

Los beneficios para la salud de la reflexología podal

Los beneficios de la reflexología podal son numerosos y muy diferentes. A través de las pequeñas presiones que se generan en los pies se puede conseguir, de manera exitosa, una gran efectividad. Y aunque son muchos los beneficios que esta técnica puede proporcionarnos, ofrece grandes resultados en problemas relacionados con el sistema urinario y como método paliativo del dolor. 

Sin embargo, no son las únicas patologías o alteraciones que pueden experimentar beneficios. Dependiendo de las dolencias o necesidades de cada persona, la reflexología podal se centrará en determinados puntos u otros. 

Cómo dar masajes en los pies

masaje pies

Es fundamental tener en cuenta que la reflexología podal es una técnica que solo debe ser realizada por profesionales. Sin embargo, si te encuentras en uno de esos días donde sientes tus pies verdaderamente cansados, puedes optar por dar un leve masaje de pies y conseguir así relajación, alivio del dolor e incluso una mejora de la presión arterial. 

Antes de comenzar deberás higienizar bien tus manos, escoger tu crema o aceite preferido, como los que encuentras en El Jardín de Hammam, y comenzar a ejercer pequeñas presiones con movimientos circulares en sentido contrario a las manillas del reloj. 

Para una experiencia completa, puedes poner música relajante, aromatizar la estancia y encontrar una postura muy cómoda para dicho masaje. Puedes comenzar a presionar la planta del pie, desde los dedos hasta el talón. Una vez finalices con un pie, no te olvides de realizar el mismo masaje en el otro pie y finaliza con el empeine y el tobillo.