Turismo

Ciudades para celebrar la vida

No es fácil exponerlo sin tener en cuenta la tragedia que está asolando al mundo, pero siguen en pie las ciudades como si nada ocurriera, como si un virus a veces mortal fuese pecata minuta ante la grandiosidad de la primavera que las revitaliza, ante cualquier pradera de sus alrededores, ante cualquier paseo marítimo, ante la floración y los frutos. Como si ninguna desgracia ni mancha pudiera vencer su imperio arquitectónico, histórico y cultural.

Ahí siguen sus edificios y sus parques, altivos sus árboles, orgullosas sus piedras, intacto su cielo y su horizonte, ruidosos y alegres sus ciudadanos.

El mar: ese deseo tan necesario

Aunque todos los escritores del mundo hayan escrito sobre el mar y mil artistas lo hayan retratado, el mar sigue siendo esa naturaleza que supera todos nuestros intentos de abarcarla.

Este es el momento del año en que millones de ciudadanos españoles y extranjeros sueñan con el mar como de niños soñaban con un pastel de cumpleaños. Programando vacaciones o estimulados por el buen tiempo, los habitantes de zonas no costeras y hasta los que viven en la costa, anhelan adentrarse en las aguas del mar durante al menos unos días o unos meses, cumpliendo con un ritual de inmersión en sus orígenes.

Hay quienes viven el mar todo el año, pero la mayoría de la población mundial no puede, porque viven en el interior, alejados de este milagro del palneta. Y por eso desean acercarse a las costas al menos una vez cada año.

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Hacer turismo virtual desde casa

Ya sumamos semanas con el confinamiento en casa, un sacrificio que la mayoría de la sociedad hace con el fin único de acabar lo antes posible con la pandemia del virus Covid 19. Gracias a Internet, contamos con múltiples opciones en la que podemos invertir nuestro tiempo, una de ellas es poder acceder a realizar turismo virtual. 

Medina Azahara: ciudad de las mil y una noches

Apenas a ocho kilómetros de Córdoba es posible revivir cómo fueron los escenarios de Las mil y una noches en Medina Azahara. Una ciudad mítica, cuyo yacimiento arqueológico se declaró Bien de Interés Cultural en 1923 y Patrimonio de la Humanidad en 2018. En proceso de reconstrucción desde hace varias décadas, hoy luce como un yacimiento que narra el esplendor de un califato. En su momento, fue una ciudad palaciega que se edificó por orden de Abderramán III, califa de Córdoba, como deseo de destacar su poder sobre otros califatos y, según la leyenda, tomando el nombre de una de sus esposas, Azahara, y en su homenaje por haberle propuesto la construcción. Considerada la Versalles nacional de la Edad Media, está reconocida tanto por su arquitectura como por su paisaje, su urbanismo y su trascendencia histórica.

Andalucía no es juego ni estampa

Celebramos el día de Andalucía sin apenas conocernos entre provincias. El 28 de febrero, día de la patria, se fija en nuestro calendario festivo, pero no pensamos en lo que de verdad significa. Andalucía no es solo un territorio, cultura o chistes fáciles. Se trata de una Comunidad que ha dejado historia, literatura, geografía y belleza en su interior y la ha exportado a todo el mundo. Se ha ganado gran respeto. O más claro, sus habitantes se han ganado el respeto durante siglos, desde que sus múltiples pobladores la fueron vistiendo de gloria y convivencia.

Andalucía no es solo la fama mundial de Sevilla o de Málaga, el patrimonio de Granada y Córdoba, Ronda, Antequera, Carmona o Jerez, la singularidad de Cádiz, el crecimiento de Almería, la reconditez de Jaén y Huelva, la perpetuidad de Baeza y Úbeda. Andalucía son estas ciudades y además todas sus poblaciones, sus costas, sus montes, sus dehesas, sus desiertos y sus praderas.

Cuevas del Sacromonte de Granada: para no perderse perdiéndose

En la película reciente Dolor y gloria, de Pedro Almodóvar, hemos podido contemplar bellísimas imágenes de la vida de una familia viviendo en una cueva blanca y luminosa. Tanta evocación no resulta en vano. La realidad se impone, porque no es ficción sino verdad. En Granada tenemos uno de los ejemplos más significativos de esas cuevas habitables: el Sacromonte, un barrio en la periferia oriental de la ciudad, lindando con el Albaicín y el Realejo, frente a la Alhambra.

Ha sido el barrio por excelencia de los gitanos granadinos, que moraban en las cuevas. Y todavía se conservan joyas para la visita y el ensueño, abiertas al público, como el Centro de Interpretación del Sacromonte-Museo de las Cuevas que se halla en su estado original, además de otras once cuevas que explican la historia y la forma de vida de sus habitantes.

Caminito del Rey: un desafío al vértigo

Entre el senderismo y el reto a las alturas, en la provincia de Málaga hay un lugar único e inolvidable que se puede visitar para sentirse diferente, más cerca del abismo que del suelo, desafiante como una escalada vertical que se impone a la naturaleza. Se trata del Caminito del Rey, un paso construido en las paredes de un soberbio desfiladero, entre los municipios de Álora, Antequera y Ardales, a escasos treinta kilómetros de la capital.

Su pasarela peatonal, hace pocos años reconstruida y segura, tiene más de tres kilómetros que se extienden por las rocas sobre más de cien metros sobre el río. Una aventura sin peligro ni riesgo, pero que necesita de nervios de acero y poco temor al vértigo. Y no hay viajar hasta el Everest. Está aquí mismo.