A lo largo de los siglos, diferentes culturas como la árabe han utilizado mezclas aromáticas con fines terapéuticos o para crear un ambiente especial. Los compuestos activos de los aceites esenciales que utilizaban contribuyen al bienestar físico y mental. Esos beneficios de la aromaterapia la han convertido en una poderosa técnica de cuidado y belleza que, al mismo tiempo, ayuda a mejorar nuestra salud.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), «el acceso al agua potable y al saneamiento es un derecho humano esencial». Sin agua, no solo nuestra salud se ve comprometida, sino también nuestro bienestar general. Porque el agua es, sin duda, uno de los recursos más valiosos que tenemos en nuestro planeta. No solo es fundamental para la vida, sino que también juega un papel crucial en nuestra salud.
En los primeros años de la vida de las personas se establece un apego o vínculo afectivo entre el bebé y sus padres o cuidadores. Esto tiene repercusión en el desarrollo psicológico y en la formación de la personalidad durante la infancia, y tiene la función de proporcionar seguridad al niño ante situaciones de amenaza. Estos vínculos pueden ser de diferentes tipos y se desarrollan por muy diversos factores. Por eso hay actividades específicas para mejorar vínculos afectivos.
En la cultura árabe, el disfrute de la belleza es una forma de ver la vida. El deleite por lo bello es casi un precepto de la religión islámica. ‘Allah es bello y ama la belleza’, dijo el Profeta, y por eso desde hace siglos en el mundo árabe se da una especial importancia a los espacios armoniosos o a los jardines que apaciguan el alma, pero también a las joyas o a los perfumes.
Pocos poetas españoles han sabido plasmar el amor como Lorca, icono del siglo XX cuya herencia nos deja una sinfonía de versos para la eternidad, entre ellos los siguientes mejores sonetos de Lorca.
“Padmasana” es mucho más que el arquetipo de el asana para la meditación. “Padmasana” es una puerta abierta hacia la pureza del cuerpo, el alma y la iluminación; es una fuerte predisposición con la que comenzar a conectar mente, cuerpo y respiración.
Cuenta la leyenda, que más allá de Dioses y Olimpo, existen historias, que aunque sucedieran entre mortales, dejan al que las escucha con la boca abierta y el corazón en vilo. Mi abuela siempre decía que eso prueba que los humanos estamos entre dos dimensiones toda nuestra vida, la terrenal y la estelar.