Feliz 2020, proclamamos, pero por qué y para qué. Tanta felicitación no debe ser en vano. Felicitamos un año, pero sobre todo celebramos un espíritu para no ceder ni un palmo en nuestro futuro.
Pensemos bajo el signo de los sueños. Vida nueva, año nuevo, proyectos por concretar, hijos y nietos por nacer.
Pensemos con el aura y la luz de un auténtico sueño, que todos tenemos, porque vivimos de esperanza y de sueños posibles. Pensar un sueño y soñar un pensamiento.
No estamos locos, sabemos lo que queremos. Y sabemos imaginar más allá de la lógica y de las necesidades. Con los pies en la tierra, soñamos y hacemos cada día un camino hacia lo que imaginamos como necesario para ser feliz.