Ha sido una de las noticias de la Semana Santa en Granada. Uno de los actores españoles del momento, Antonio de la Torre, ha pasado por la ciudad de la Alhambra. Y, más concretamente por el Albaicín, durante el rodaje de Caníbal, la última película del almeriense Manuel Martín Cuenca.
Siempre decimos que el tiempo es oro, ya que un tercio de nuestra vida la pasamos durmiendo. Además, como ya sabes si nos sigues habitualmente a través de nuestras redes sociales o de este mismo blog, el descanso es muy importante para nosotros. De hecho, disfrutar de la experiencia Hammam Al Ándalus, implica precisamente eso, descansar, aunque no necesariamente dormirse 😉
Aprovechando que tenemos muy cerca el día del padre (por cierto, ¿sabéis ya qué váis a regalar? Si no, en este enlace os dejamos una sugerencia 😉 queremos evocar la figura del padre en la antigua Al Ándalus.
Es conocido que la sociedad andalusí era eminentemente patriarcal. Esto significaba que el hombre era dueño y señor de su casa: tomaba las decisiones y dirigía los destinos de cada familia. Asimismo, tenía la potestad de repartir su herencia entre los hijos más afines (que no siempre lo eran por igual ante el progenitor, siendo frecuente que se premiara a la descendencia procedente de la mujer con la que el padre tuviese una mayor afinidad.
En consecuencia, al evocar la figura del padre en Al Ándalus, debemos referirnos inevitablemente a la existencia de los harenes. Precisamente, las mujeres que conformaban el harén eran usuarias frecuentes de los primeros baños árabes en las ciudades andalusíes de la Península Ibérica. Según la ley islámica un musulmán podía tener hasta cuatro esposas, aunque la realidad es que era frecuente que conviviese con muchas más, siempre que su nivel económico se lo permitiese, dado que el cabeza de familia era el responsable de mantener a todo el conjunto de personas. Paradójicamente, contrariamente a lo que se pueda pensar la poligamia no era algo extendido a toda la población musulmana, principalmente por una cuestión económica, ya que en las clases más bajas, era muy difícil contar con varias mujeres.
Pero la mujer en Al Ándalus no siempre fue una figura sometida a las voluntades del varón. Existen testimonios que certifican que hubo féminas que gozaba de ciertas libertades algo avanzadas con respecto a sociedades contemporáneas del antiguo Al Ándalus, sobre todo en el apartado de los estudios y las artes.
Sea como fuere, la condición patriarcal de Al Ándalus marcó la manera de vivir de una sociedad en la que la influencia del cabeza de familia era determinante en aspectos sociales, culturales y de convivencia.
Siempre defendemos que el Hammam no ofrece solamente un baño a diferentes temperaturas. Os comentamos cada día en nuestras redes sociales que la experiencia va mucho más allá y que en Hammam Al Ándalus se potencian absolutamente todos los sentidos.
Uno de los más importantes es, qué duda cabe, el olfato. Elegir bien antes de tu baño la fragancia que te acompañará puede suponer optar por un tipo distinto de experiencia, con todos los matices que te aportaría tu nariz. Además, los aceites esenciales usados en el masaje aportan multitud de beneficios y propiedades al cuerpo, la piel y la mente.
Pero, ¿qué esencias tienes a tu disposición en Hammam Al Ándalus? Te lo contamos:
Aceites esenciales comunes
– Rosa: es una de las flores más representativas de los jardines andalusíes. El arte de destilar sus pétalos fue introducido en Occidente por los árabes en el siglo X, descubriendo todos sus beneficios. Entre sus propiedades está la hidratación, purificación y calmante. También destaca por su poder afrodisíaco y por su acción regenerativa.
– Ámbar rojo: Conocido como flor del beso, habitualmente se extrae del hibisco, una flor anaranjada muy llamativa que, además de como elemento decorativo, es utilizada como ingrediente del té de hierbas. Entre sus propiedades se encuentra su efecto relajante , que resulta idóneo para combatir el insomnio y equilibrar la líbido.
– Lavanda: En tiempos de Al Ándalus, era una de las plantas cultivadas a gran escala en los jardines botánicos, situados junto a los centros hospitalarios, para su estudio farmacológico y medicinal. La fragancia de esta planta contribuye también a equilibrar el estado mental y eliminar el estrés.
El aceite esencial exclusivo de cada Hammam
– Violeta: Esta esencia la podrás encontrar en el Hammam Al Ándalus de Madrid. El misterio de su color inspiró a multitud de poetas de la época andalusí. Respecto a sus usos curativos, la infusión de violeta era un tratamiento habitual para la cura de catarros. De hecho, una de sus principales propiedades es que es cicatrizante, estimulador de la circulación y analgésico. La violeta aporta a la piel suavidad y tersura.
– Azahar: La flor del naranjo, el árbol representativo del patio de la Mezquita de Córdoba, consta de cinco pétalos. De ellos se extrae la esencia que simboliza el frescor del jardín andalusí. Es sedante y digestiva. Alivia las tensiones nerviosas. Ayuda a conciliar el sueño y a combatir el cansancio físico, por su contenido en vitamina C. La esencia de Azahar la podrás encontrar en nuestro Hammam Al Ándalus de Córdoba.
– Flor del Granado: Precede al fruto que da nombre a esta flor y desde muy antiguas civilizaciones ha sido considerado como símbolo del amor y la fecundidad. Es un perfecto relajante, astringente y purificador. En el masaje ayuda a contraer los poros de la piel y favorece la relajación muscular. Como su nombre indica, esta esencia la podrás encontrar en el Hammam Al Ándalus de Granada.
– Biznaga: Por su perfume y características es de lo más apreciados. Tiene propiedades antidepresivas. En Al Ándalus el ramillete de jazmines adquirió un gran protagonismo que aún perdura en la sociedad malagueña. Es uno de los más usados pero también de los más difíciles de encontrar. Se le considera el rey de los aceites porque se necesitan muchas flores para conseguir extraerlo. Antiséptico, antidepresivo y con características estimulantes. Este aceite esencial tan especial lo podrás encontrar en nuestro Hammam más reciente, el Hammam Al Ándalus de Málaga.
En el Rincón de los Aromas, junto al té, podrás encontrar cada una de estas esencias en sus expositores. Se recomienda descubrir sus fragancias y propiedades antes de comenzar con el baño relajante, pues este será tu aroma y aceite esencial en el masaje. ¿Cuál es tu favorita? Puedes contárnoslo en los comentarios, así como en nuestros perfiles de Facebook, Twitter y Google +
Hay muchos modos de disfrutar del agua. En sí misma, el líquido elemento es una fuente de satisfacción que limpia, purifica, relaja y, dependiendo de la temperatura a la que la disfrutemos, provoca distintos efectos en nuestro cuerpo. No obstante, más allá del baño, sabéis que en Hammam Al Ándalus trabajamos cada día para ofreceros una experiencia completa, en todas nuestras instalaciones. Es por ello que cada uno de nuestros productos está concebido como algo más. No es una sucesión de acciones, sino un juego de percepciones que acaba convirtiéndose en todo un ritual.
Los Rituales de Hammam Al Ándalus
El Ritual Al Ándalus
En todas nuestras sedes, el Ritual Al Ándalus es uno de los más demandados por nuestros visitantes. Este ritual combina el Kessa tradicional realizado sobre piedra caliente y el masaje relajante. Lo que supone un cruce de sensaciones que difícilmente se puede encontrar en cualquier otro baño. Si bien en el masaje tradicional el masajista enjabona el cuerpo y lo frota con el guante tradicional árabe (guante de kessa) y jabón de uva roja, de este modo, se consigue eliminar las células muertas de la piel y activar la circulación sanguínea. Se complementa con el masaje relajante, realizado con aceites esenciales a elección del cliente y proporcionando relajación e hidratación de la piel. Además, la experiencia no termina aquí, ya que después del masaje es posible continuar con el recorrido del baño en las salas fría, caliente y templada.
El Ritual más especial
En cada uno de nuestros centros podrás disfrutar de la Experiencia Al Ándalus más completa y especial: El Ritual Almudaina en Madrid El Ritual Omeya en Córdoba El Ritual Ilbira en Granada El Ritual Nazarí en Málaga Estos Rituales, al igual que el Ritual Al Ándalus, combinan el Kessa tradicional con guante sobre piedra caliente con el masaje relajante de aceites esenciales. La diferencia es la prolongación de este último a media hora, lo cual se convierte en 45 minutos de purificación para los todos los sentidos. Igualmente en el tiempo restante puedes recrearte y relajarte por todas las termas del Hammam. Después de todo esto comprenderás por que es tan gratificante la combinación del contraste de temperaturas del baño, la suavidad de los aceites esenciales y el uso del guante de Kessa para purificar tu piel , pero ¿En qué consiste exactamente el Kessa tradicional? Como os hemos comentado, dentro de este ritual cobra especial protagonismo el uso que se da al guante de kessa; sobre la tradicional Piedra Caliente del Hammam, con un guante de fibra de algodón (el llamado «kessa»), y una pasta de jabón de uvas rojas completamente natural, muy espumosa y cremosa, se fricciona la piel obteniendo un resultado muy beneficioso. El beneficio responde a que se desprende eficazmente la piel muerta (el jabón arrastra las células muertas y el guante las elimina delicadamente junto a las toxinas); se activa la microcirculación de la piel dejándola lisa, suave y tersa, muy receptiva para otro masaje que hidrate y perfume». La duración de los Rituales es perfecta para que no te pierdas ni uno de los detalles de la experiencia de visitar Hammam Al Ándalus, ya que sus 30 o 45 minutos de relajación y disfrute del masaje se pueden insertar perfectamente en la hora y media de duración general del baño. Es sin duda un plan perfecto para huir de las bajas temperaturas y olvidarse del frío que parece que se avecina este fin de semana.
Hubo un tiempo, ya lo hemos comentado en este blog, en que Córdoba fue casi la capital del mundo. Una metrópoli que marcaba tendencias, que exportaba cultura y un lugar desde donde se dominaba otras culturas y pueblos.

Los cuentos fueron los reyes de la literatura en la cultura árabe en cuanto al género literario. No obstante, también hubo una ‘reina’ muy popular: La poesía. En Al Ándalus era un vehículo de transmisión de historias y de información tan popular que cualquiera hacia uso de ella. No era infrecuente, por ejemplo, que los campesinos narrasen en forma de poesía las andanzas más mundanas.
Entre los más destacados poetas de la antigua Al Ándalus, podemos encontrar a Al-Bathaliusi o Ibn Al-Jatîb. No obstante, hoy queremos traeros un nombre quizá no tan conocido como los dos primeros, pero que ante la inminente apertura de Hammam Al Ándalus Málaga, y dado que nació precisamente en la provincia de la Costa del Sol, nos ha encantado recoger su historia.
Se trata de Abu Al Baqa Salah Al Rondi, mucho más conocido como Abulbeca de Ronda. Nacido en esta bella ciudad malagueña en el siglo XII, Abulbeca, algunas de sus obras se pueden encontrar en cualquier recopilación de literatura árabe. Una de sus obras más famosas fue su Qasidah (forma lírica de la poesía), donde se duele de la perdida de las ciudades de Córdoba, Sevilla y Valencia y de otras ciudades de Al Ándalus arrebatadas por el ejercito cristiano de Fernando IIl.
A continuación compartimos un fragmento de esta elegía a la caída de Córdoba y Sevilla, traducida por Varela:
¿Qué es de Valencia y sus huertos?
¿Y Murcia y játiva hermosas?
¿Y Jaén?
¿Qué es de Córdoba en el día,
donde las ciencias hallaban
noble asiento,
do las artes a porfía
por su gloria se afanaban?
¿Y Sevilla? ¿Y la ribera
que el Betis fecundo baña
tan florida?
Esta Qasidah cobró una enorme fama en su época. Además, posteriormente fue creciendo con nuevas estrofas en las que se lamentaba de la pérdida de otras ciudades, sobre todo en el Reino de Granada.
Entre los temas que habitualmente abordaba era común encontrar alusiones a la naturaleza, la noche, la vigilancia; cualidades morales: la inteligencia, la paciencia, la bondad. Además de describir en otros poemas en los que pone en comparación la espada y la pluma.
Como anécdota se dice que Jorge Manrique utilizó la misma forma métrica en “Coplas a la muerte de Don Rodrigo”