Las migraciones de las aves se llevan a cabo por distintas razones. Entre ellas están las razones reproductivas, alimentarias y la protección en cuanto a las condiciones climáticas.
Su significado es flor blanca, pero mayormente se conoce como la flor del naranjo, aunque también flor de azahar se le denomina a la flor de los árboles cedro y limonero.
Mayo representa el mes de las flores en parques y jardines, en patios y terrazas, en la intimidad del hogar y en las junglas. No hay mayor belleza en esta estación que la floración y apenas la disfrutamos. Y mucho menos en estas semanas de confinamiento. En todo caso, la presencia de las flores, nombrarlas y mirarlas nos traslada a un retazo de naturaleza sublime que siempre estará aquí para sensibilizarnos. Vamos entonces a la búsqueda de una emoción que solo ellas pueden provocar.
El título de este post pertenece a una película notable de Icíar Bollaín, Flores de otro mundo, en la que se hace eco de las mujeres inmigrantes que llegan de América Latina, intentando adaptarse a nuestro país. Resulta adecuado el título y su trasfondo para hablar de tantas flores autóctonas y foráneas, tan raras como bellas, tan cotidianas como inadvertidas para intentar adentrarnos en el colorido mundo de las flores con el objetivo de celebrar la primavera.
Hoy el universo es agua y celebración del agua. Recordemos que incluso se rastrea en otros planetas, porque supondría que allí hay vida. Hoy, 22 de marzo, es el Día Mundial del Agua. Incluso en los peores momentos, en estas fechas que vivimos amenazados por un virus y confinados en el hogar, el agua es necesaria para la existencia. Y nunca ha sido tan importante como ahora confiar en que no nos falte y tomar medidas para que nunca falte. Saliendo de los grifos, en los ríos y mares, el agua garantiza que se puede luchar contra cualquier guerra o pandemia.
Hoy más agua que nunca. Incluso si no podemos vivirla en directo, en la playa o el Hammam. Pronto regresaremos a sumergirnos en su cobijo.
Palomas al vuelo, aves okupas de todas las ciudades. Palomas en cada parque, tejado, terraza, plazas y calles. Aunque símbolos de la paz y la armonía, las palomas han declarado la guerra a nuestro entorno urbano, compitiendo con el hombre por ocupar todo el espacio. Ya no se distingue si tenemos un problema con las palomas o con nosotros mismos. Si lo meditamos un momento, tal vez las palomas están librando su propia batalla: nos invaden, ofendidas y en rebeldía, por traicionarlas desde hace siglos, por usar su imagen en vano, por hablar de paz en su nombre, cuando esa palabra resulta mentira. Comienza un año y hay que hacerla verdad.
Recordemos que, en la Biblia, Noé soltó una paloma del arca, tras el Diluvio, para saber si ya se habían secado las aguas. La paloma regresó a los siete días portando una rama de olivo. Así, con esa metáfora, volvía a comenzar la vida, pues el Creador estaba en paz con su pueblo. Pues bien, el 21 de cada septiembre se proclamó el Día Internacional de la Paz, por acuerdo en 1981 de la Asamblea General de las Naciones Unidas.