En cada ciudad, cada pradera, cada pueblo o pedanía, cada restaurante, cada café a media tarde, te espera la vida. Porque la vida se explaya a cada instante en cualquier parte. No dejan de correr los ríos, no deja de amanecer, no descansa el mar ni sus mareas, no cesan las luces ni las festividades. Ahora el carnaval.
No se paran los relojes ni se detiene el tiempo por más que uno se esconda. A cada paso asaltan los acontecimientos, la naturaleza y las personas. Parece mentira que todo lo que nos rodea se nos regale tan abiertamente. Hay que aprovecharlo. No te pierdas algo de un gran todo, porque te estarás perdiendo a ti mismo.
Propuestas de latido y respiración:
En casi todas las localidades hay espectáculos de teatro, danza, musicales y conciertos para llorar y reír en directo. El programa de casi todas las ciudades siempre ofrece algún estreno o actuación.
No te pierdas el cine de cartelera o de clubes o cinematecas. En Córdoba, por ejemplo, la Filmoteca de Andalucía te ofrece películas de toda época y cinematografías. También otras entidades lo hacen.
Cada ciudad tiene su plantel de galerías, museos e instituciones. ¿Vas a perderte tanta belleza e innovación, el paso del arte por tu lado?
También en muchas poblaciones se ofrecen talleres de formación o de creación, a veces incluso gratuitos. Aprender fotografía, escultura, literatura, cocina o idiomas está a tu alcance.
No te pierdas el pasado, las ruinas y los monumentos que van quedando con su experiencia pretérita escrita en cada piedra, dictado de lo que fuimos.
No te pierdas el campo y sus floraciones en los paseos rurales, en cada ruta del interior de las provincias, cuando la naturaleza se muestra sin artificio. Una cascada, un monte, un sembrado, un arroyo te esperan. Y por supuesto, no perderse la ocasión de la lluvia, las nevadas, el viento y el sol.
No te pierdas las tertulias en bares, restaurantes, el hogar, las terrazas, comunicarnos en cada encuentro significa salud y actividad intelectual e intercambio.
Otra actividad preciosa para niños y mayores son los cuentacuentos en decenas de librerías y espacios públicos.
No te pierdas los mercados ofreciendo productos y exquisiteces. El de la Victoria en Córdoba, el de Atarazanas de Málaga, por ejemplo. Y en cada sitio, muchos más.
No te pierdas el barrio, los mercadillos semanales, los paseos por parques, puertos, riberas y playas.
La vida te está dando motivos y días señalados para tenerlos en cuenta. Cada día, un milagro.
Tampoco te pierdas las noticias, los acontecimientos, la política. Tu vida depende de lo que hagan los gobiernos.
Nunca pierdas el crecimiento de los niños, te enseñarán más de lo que imaginas.
No te pierdas el agua, su manto de bondad para el bienestar: mares, lagos, ríos. O las termas del Hammam, tan cercanas y que alivian toda inquietud.
Eres más si vives algunas cosas. Si te dejas conducir a otros mundos. Tu responsabilidad es perseguir lo que te hace único y alumno aplicado de tu existencia.