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El culto a los lugares de bienestar que giran en torno al agua es algo antiguo que se remonta a las civilizaciones clásicas y medievales de las que bebe la cultura española: griegos, romanos y árabes le otorgaban una importancia capital al bienestar, hasta tal punto que incluso sus ciudades estaban configuradas para ello. Uno de los mayores exponentes todavía exhibe su esqueleto de piedra, las conocidas Termas de Caracalla, uno de los epicentros de actividad la antigua ciudad de Roma.
¿Qué hacía tan atractivos a estos lugares? ¿Por qué llegaron a concebir espacios similares culturas tan diferentes y alejadas en el tiempo como la del Imperio Romano o la andalusí? Para las culturas que nos precedieron las fuentes, termas y baños eran uno de los pocos lugares de bienestar a los que podían acudir de manera regular y, por tanto, uno de los pocos focos de salud de los que disponían en ese momento. Bienestar y salud iban de la mano, algo que ellos sabían de manera empírica hace siglos y nosotros, hoy, hemos podido demostrar con la medicina e investigación modernas.
Hammam Al Ándalus, más allá de una experiencia de relajación
El contexto histórico que vivimos ha propiciado que la búsqueda activa de la salud sea una prioridad para un porcentaje cada vez mayor de la población. Espacios de ocio, cultura y bienestar como Hammam Al Ándalus son también una fuente de salud cuya visita aporta numerosos beneficios físicos y psicológicos. Lo corrobora la investigación médica, que en los últimos años ha destinado cada vez mayores recursos a profundizar en el impacto del bienestar físico y emocional en la salud.
Es uno de los principales motivos por los que la marca granadina, nacida en 1998, es la promotora de la Cátedra Hammam Al Ándalus I+D+i en Bienestar Humano. “Lo que hacemos cada día en Hammam Al Ándalus es realmente bienestar, es el compromiso con rescatar este viejo arte de vivir, de los baños y termas; en ese compromiso nos faltaba la ciencia”, explica Raúl Lozano, director general de la empresa, que ya tiene sedes en Granada, Málaga, Córdoba, Madrid y Palma de Mallorca. “Apoyar en estos tiempos a la investigación es una obligación empresarial”.
Esta cátedra, nacida al calor de la Universidad de Granada, pretende hilvanar el conocimiento actual sobre cómo el bienestar influye de manera decisiva en la salud para, a partir de ahí, proponer nuevos avances en un campo llamado a cobrar protagonismo en los próximos años: la medicina preventiva. “Es mejor centrarse en lo que mantiene a una persona sana, en lugar de gastar grandes recursos en paliar sus enfermedades”. Son las palabras del sociólogo Aaron Antonovsky, uno de los primeros referentes en vincular bienestar y salud y cuyas reflexiones hace suyas el doctor Manuel Arroyo, director de la cátedra.
Para Arroyo, es el momento de empezar a generar salud integral en espacios singulares en los que luz, agua, música y aromas seleccionados combaten uno de los principales generadores de malestar y de enfermedades de nuestro tiempo: el estrés.
“Cuando nos paramos a respirar con calma, a escuchar una música que nos reconforta, a oler algo que nos gusta o cuando sentimos en la piel en contacto del agua, todo eso genera una serie de respuestas que estimulan los procesos de anabolismo, los procesos de recuperación del cuerpo”. Esos mismos procesos que el estrés cotidiano debilita pero, ¿hasta qué punto puede una experiencia de un Hammam aportar bienestar y salud?
Lo que dice la ciencia sobre el bienestar asociado a salud y calidad de vida
Alfredo Corell, catedrático de inmunología de la Universidad de Valladolid es claro: “hay estudios que indican que cuando estamos sometidos a un ambiente de estrés continuado el sistema inmunitario se resiente y podemos tener problemas”.
Son numerosas las investigaciones que valoran, desde diferentes perspectivas, cómo incide el estrés moderno en diferentes aspectos de nuestra salud. Uno de los motivos es el cortisol, uno de los mayores inhibidores de la respuesta inmunitaria del cuerpo y responsable. La hormona, cuya producción en el cuerpo humano se dispara en momentos de elevado estrés, bloquea la capacidad del sistema inmunitario y eso provoca mayor riesgo de infecciones, un incremento en la aparición de enfermedades de origen inmunitario como la diabetes e incluso envejecimiento prematuro.
Como todo, en el equilibro está la virtud y el cortisol, junto con los momentos puntuales de estrés, son necesarios para la actividad humana. “La clave se encuentra en evitar situaciones de estrés prolongado y, si esto es imposible porque estamos inmersos en un entorno laboral o personal con situaciones muy estresantes, lo que tenemos que buscar es ese rincón para el relax”, explica Corell.
Una conversación con amigos, la actividad física o practicar una afición placentera son algunos de esos momentos de calma en los que se producen endorfinas, las conocidas hormonas de la felicidad que potencian el sistema inmune y actúan como un analgésico natural. Es la respuesta natural del cuerpo al dolor, al estrés, al miedo. “Debemos buscar actividades que nos produzcan ese confort y no se me ocurren momentos más relajantes que poder estar en un Hammam”, sintetiza el doctor Corell.
La experiencia de un Hammam, rescatada para el siglo XXI
Hammam Al Ándalus tiene una historia que hunde sus raíces en el mundo clásico, en la civilización griega y latina pero también en la andalusí. Esa introspección del momento del baño, el ritual del agua capaz de despertar la naturaleza interior de cada uno de nosotros, todo ello se conjuga en una experiencia única que pasa por el disfruta de las termas a diferentes temperaturas y de los masajes relajantes o depuradores que se ofrecen en el Hammam.
Experiencias como los masajes Mimma y sus sensaciones calmantes o Midra y sus estimulantes efectos son algunas de las propuestas de este oasis urbano rescatado de nuestro pasado. No es un capricho. Desconexión y tranquilidad son hoy mucho más que una experiencia de ocio. En el contexto actual, buscar espacios físicos y temporales para reposar el cuerpo y la mente se convierte en un gesto de salud que repercute positivamente en todas las facetas de nuestra vida.