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En ocasiones el secreto de una piel sana y elástica radica en una buena rutina de cuidado y limpieza facial. Nuestra piel necesita ser mimada y regenerada con productos y tratamientos específicos con los que eliminar impurezas, oxigenarse e hidratarse de nuevo. Nuestra piel necesita resetear, volver al inicio.
Además, es fundamental tener en cuenta el tipo de piel de cada persona antes de comenzar a utilizar determinados productos o a seguir diferentes rutinas diarias. Escucha a tu piel, cuídala y aporta los cuidados que necesita para poder disfrutar de su máxima belleza e iluminación.
Ten en cuenta que no es necesario seguir una rutina repleta de productos y cremas para lucir un cutis radiante, deberás interpretar las señales que tu piel te da y aportar esos componentes o cuidados que te demanda. Deberás analizar tu tipo de piel, averiguar sus necesidades y encontrar la manera más adecuada de estimularla e hidratarla.
Recuerda que es altamente recomendable contar con una opinión experta que te ayude a averiguar cuál es la mejor forma de devolver a tu piel su estado saludable y su aspecto más bello.
Eliminar impurezas de tu piel
Las rutinas de limpieza facial deben ser diferentes dependiendo del tipo de piel, problemas cutáneos y características de cada persona. Sin embargo, todas las rutinas faciales deben componerse de dos sencillos pasos: limpieza e hidratación.
Además, es muy importante eliminar las impurezas de la piel que pueden aparecer en el rostro, ya que son precisamente estas imperfecciones en la piel una de las principales causas que provocan que nuestro cutis luzca mucho más apagado y con menos brillo. Por ello, cuidar el cutis para evitar la aparición de impurezas en la piel es primordial para volver a recuperar su estado natural.
¿Por qué salen impurezas en la cara?
Existen diferentes causas o motivos por los que las impurezas pueden aparecer en la piel. Algunas de las razones más comunes son:
- Exceso de sebo: es fundamental seguir una rutina facial de limpieza adecuada para evitar la obstrucción de los poros y, como consecuencia, la aparición de granitos. Por eso, es importante eliminar bien la suciedad que nuestra piel puede almacenar para evitar la aparición de impurezas en la piel.
- Tipo de piel: dependiendo del tipo de piel, la aparición de impurezas en la cara puede ser más frecuente. En caso de pieles grasas, el exceso de sebo puede provocar la aparición de puntos negros o granitos por la obstrucción de los poros. La deshidratación en pieles secas también puede generar la obstrucción de los poros a causa de las células muertas de la piel.
- Rutina facial: es importante seguir una buena rutina facial con la que conseguir devolver a nuestro rostro su iluminación, salud y belleza. Por ello, es altamente recomendable contar con la opinión de un dermatólogo o experto en estética que analice el tipo de piel y los tratamientos más adecuados para su cuidado.
Cómo evitarlas: trucos y tratamiento
Si quieres lucir una piel libre de impurezas, es muy importante seguir una rutina de limpieza y cuidado facial de manera diaria. Y es que es necesario ser muy constante con una rutina de cuidado facial que consiga eliminar las impurezas por completo.
Pero, ¿cómo debe ser esa rutina facial para evitar la aparición de impurezas en la piel? Sigue estos trucos y tratamientos para lucir un cutis libre de marcas y puntos negros.
- Comienza y acaba el día con una limpieza suave. Bastará con lavar y enjuagar bien tu rostro con un jabón neutro o con un limpiador hipoalergénico suave testado dermatológicamente. Ten en cuenta que la piel del rostro está más expuesta a agresiones externas como la contaminación o los cambios de temperatura por lo que es fundamental mantenerla lo más limpia posible para evitar la aparición de impurezas en la piel.
- Evita productos agresivos para la piel como pueden ser las toallitas desmaquillantes, cremas agresivas o algunos jabones que resecan demasiado la piel.
- En caso de tener la piel sensible, usa una leche limpiadora suave que limpie y cuide tu piel. Deberás retirar el producto suavemente con algodón para evitar el contacto directo con elementos agresivos para la piel.
- Si quieres evitar la aparición de impurezas en la piel, la exfoliación es un paso clave. Realizar este tratamiento un par de días a la semana te garantizará una limpieza mucho más exhaustiva y la extracción en profundidad de suciedad o impurezas en la piel. De esta manera conseguirás lucir una piel mucho más suave y uniforme.
- No abuses del maquillaje: cuando no sea necesario, intenta reducir el uso del maquillaje u otros productos que no favorezcan la transpiración y oxigenación del cutis.
Hidratar tu piel después de su limpieza
Una vez se ha limpiado la piel del rostro con diferentes productos o técnicas específicas, es necesario nutrir y protegerla de agentes externos. Por ello, es recomendable aplicar al menos una vez a la semana una mascarilla hidratante facial para darle al cutis un extra de luminosidad.
Además, es primordial hidratar de manera diaria el rostro con una crema hidratante determinada y adecuada a cada tipo de piel y alteraciones dermatológicas. Es importante que la crema hidratante sea el último producto que apliques en la piel para que pueda actuar de manera progresiva.
Tipos de piel y su limpieza
Cuando se trata de limpiar el cutis y eliminar las impurezas de la piel, es fundamental hacerlo de una manera específica teniendo en cuenta el tipo de piel de cada uno. Así, las pieles más secas suelen necesitar limpiadores con base de leche u oleosos. Los limpiadores oleosos son adecuados en pieles mixtas o grasa para eliminar el sebo. Además, en este tipo de pieles es recomendable realizar una doble limpieza para evitar la obstrucción de los poros.
A grandes rasgos, esta sería la limpieza adecuada según el tipo de piel:
- Piel normal: elige un limpiador o jabón suave o una crema de limpieza hecha con ingredientes naturales como el coco, el trigo o el aguacate.
- Piel mixta: utilizar jabones espumosos por la mañana suele ser una muy buena forma de controlar el exceso de grasa en este tipo de piel. Por la noche, una leche limpiadora puede calmar las zonas más secas o alteradas por el transcurso del día.
- Piel sensible: en este tipo de pieles está indicado la limpieza facial con lociones suaves o solubles en agua. Es imprescindible evitar productos con ingredientes fuertes que puedan causar inflamación. Utiliza productos que ayuden a la piel a eliminar las impurezas de manera suave y relajante.
- Piel seca: es fundamental evitar la limpieza con agua caliente ya que las altas temperaturas facilitan la apertura de los poros. Elige productos que contengan componentes naturales que ayuden a nutrirla y mantenerla hidratada.