Desde que hay registros históricos, el agua está considerada como uno de los elementos primordiales de la naturaleza. Todas las civilizaciones se han desarrollado en torno a cursos de agua, un elemento fundamental para la vida y, también, una de las principales fuentes de riqueza y disfrute.
Especialmente significativa es el agua en la cultura árabe, en la que no sólo es fuente de disfrute sino que también se destapa como fuente de salud, bienestar y relajación.