Como siempre, queremos seguir cerca del mundo de la cultura. Aprovechamos cualquier ocasión para acercarnos y acercaros al arte, al fin y al cabo no en vano somos Cultura del Agua, del Cuerpo y de la Hospitalidad. La iniciativa para este invierno ha sido seleccionar un pintor de reconocida calidad que represente el invierno desde cada una de las localidades donde se encuentran nuestros centros: Mika Murakami para Granada, Francisco Vera para Córdoba, Madrid con Ninoska y Leo Peralta en Málaga. Hemos pedido a cada uno de ellos que nos hablen sobre su obra y de paso para que podamos conocerlos mejor.
Letrista de cantantes como Luz Casal, gestor cultural, creador incesante de proyectos y sobre todo poeta, Alejandro Céspedes (Gijón, 1958) ha dado a la imprenta algunos de los mejores libros de poesía de las últimas décadas, muchos premiados y algunos seleccionados en las listas de la crítica especializada.
Si está considerada su propia obra, por su originalidad al margen de tendencias y su riesgo llevando al límite las posibilidades del lenguaje, no cabe olvidar su trabajo en la dirección de espacios escénicos, programación, producción y distribución en eventos de Madrid, como el Festival de Otoño, los Veranos de La Villa y el Teatro Fernán Gómez.
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Otoño, tarde.
Milagro de estar vivo.
La mente en blanco.
Tuvimos noticia de este escritor hace dos décadas, sobre todo porque a su libro Frágil le concedieron el Premio El Ojo Crítico de Poesía en 2002, y antes ya había publicado los poemarios Naufragios (Premio Extremadura de Creación) y Mientras arden (Premio Jaén de Poesía), pero después ha seguido con Vida secreta, en poesía, los libros de viajes Los trabajos del viajero y Medio mundo, y el relato Nosotros, los solitarios. Además, en colaboración con Anatxu Zabalbeascoa, tiene otros dos títulos: Vidas construidas. Biografías de arquitectos y el ensayo Minimalismos. También fue uno de los comisarios de la exposición Minimalismos. Un signo de los tiempos que se mostró en el Museo Reina Sofía de Madrid en 2001.
En este octubre otoñal, nos acompaña la escritura de una poetisa cordobesa que vive en Barcelona, y ha sabido convivir con dos geografías, dos lenguas y varios trabajos, pero mirándose hacia adentro y mirándolo todo de otra manera, a través de su obra poética. Concha García nació en un pueblo de Córdoba, pero tiene la amplitud de una mirada desde la gran ciudad o más bien desde el mundo. Lo hace a partir de pequeñas anécdotas o indagando en lo inasible de una realidad fragmentada que puede descubrir realidades íntimas y sociales que no son evidentes.
“Esto que tocas es mi cuerpo.”
Juan Antonio González-Iglesias
I
(baños de luz)
Porque el agua no baña nuestros cuerpos,
no,
lo hace la luz antigua de los siglos
húmedos,
los siglos de azahar que laten, lentos,
dentro
de las gotas de agua que, insisto,
no bañan nuestros cuerpos.
Si leemos Historia de la belleza de Umberto Eco, en la que se repasa este concepto abstracto captado a través de a percepción, entendemos que la belleza ha existido siempre en la naturaleza, el arte, la música, la literatura o el cine. Ahora bien, con cánones diferentes según épocas, culturas, países e individualidades. De ahí la dificultad de estudiar la belleza desde una objetividad científica o considerándola como lo bueno o lo perfecto. Hay tantas bellezas como personas capaces de percibirlas o crearlas. Y tampoco basta el tópico de “para gustos los colores”, pues no se trata de considerar bello lo que nos gusta y feo lo que no. Hay antecedentes y valores críticos, históricos, artísticos y culturales, para un juicio.