En tiempos de Al Ándalus, se decía que los tres sonidos que más calmaban al hombre eran el tintineo de las monedas, la voz de la persona amada y el sonido del agua. La cultura árabe y Al Ándalus han realizado aportes importantes y significativos en la Península, muchos de los cuales permanecen vigentes en la actualidad. Entre los más destacados, se encuentran las técnicas y conocimientos hidráulicos que lograron dominar gracias a la herencia de culturas orientales y también occidentales como la de los romanos.
La cultura islámica siempre ha otorgado máxima importancia a la gestión del agua como el recurso más preciado de la naturaleza.
El agua es considerada como un elemento en el que se expresa la omnipotencia divina, ya que es ella la encargada de convertir un lugar en un paraíso o un desierto, solo con su presencia o ausencia siempre concedida por el Creador.
Los musulmanes han considerado el agua como un recurso imprescindible para la Creación y necesaria para poder cubrir todas las necesidades del cuerpo y del espíritu. El sonido del agua invita a un viaje imaginario y es que el agua al ser un recurso fresco y siempre joven, nos facilita el sentirnos enérgicos.
Además posee un elemento moral conduciendo al ser humano a la higiene a través de la inmersión, como a la purificación mediante la aspersión.
La poesía del agua
En los Baños árabes Hammam se establece un ritual para el lavado completo del cuerpo (abluciones mayores), siendo este una tradición importante dentro de la religión musulmana.
Su intención es la limpieza y purificación del cuerpo y espíritu de todas las impurezas y pecados.
Mediante la gestión óptima del agua, se busca producir beneficios para la piel y el cuerpo a través de una actividad que va mucho más allá que sumergirse en agua. Los baños árabes son cultura del bienestar interior, ocio saludable, higiene, historia y tradición, relax y un ejemplo perfecto de cómo crear un ambiente relajante capaz de trasladarnos en esencia y ambiente a los rituales originarios.
El sonido del agua contribuye a la creación de una atmósfera capaz de refrescar el ambiente, mientras que evoca ríos, lluvias, arroyos y mares convirtiendo así a los baños árabes, en sitios paradisíacos cargados de poesía en mitad de las ciudades.
La importancia del agua en los ritos islámicos
Dentro de la cultura árabe, el agua ha gozado siempre de vital importancia a tal punto, que aseguraban que uno de los requisitos indispensables para que la vida en una ciudad fuese grata, debía ser construida donde hubiesen fuentes de agua abundante y pura o en la ribera de un río.
Al ser una religión con orígenes en el desierto, el Islam siempre ha dotado de sagradas cualidades al agua. Su importancia se comprende de aspectos espirituales, estéticos y paisajísticos. Se le considera indispensable para el desarrollo de la agricultura y la ingeniería hidráulica. Posee un importante significado en la higiene y el bienestar social.
Hay una estrecha relación entre el Agua y la Creación dentro del mundo islámico. El agua es el origen de toda vida sobre la tierra y la sustancia de la cual fue creado el hombre por Allah.
El agua es necesaria y componente obligatorio en el ritual de la oración islámica, ya que se necesita para la purificación mediante la ablución. Por ello, los musulmanes llevan a cabo el ritual de la purificación antes de cada oración.