Ya lo decía el Gran Maestro ruso de Ajedrez y escritor David Bronstein. “Jugar una partida de ajedrez es pensar, elaborar planes y también una pizca de fantasía”. Porque, añadía, “el ajedrez es imaginación”. Y de fantasía e imaginación saben mucho los más pequeños. Ayer se celebró en Hammam Al Ándalus el I Torneo Infantil de Ajedrez en el Agua de Madrid. Y fue todo un éxito.
Cada uno de nosotros es distinto, por eso reaccionamos de manera diferente ante determinadas situaciones. Sin embargo, en Hammam Al Ándalus nos hemos basado en una prueba irrefutable para escribir este post, los comentarios que nos regalan cada día nuestros clientes. Si vienes a alguno de nuestros hammam vivirás en primera persona algunas de estas experiencias. Déjate llevar y siente todo esto tú también. ¡Te esperamos!
Párate a pensar cuántos momentos al día dedicas a estar en auténtico silencio. Un solo instante en toda su plenitud dedicado a estar en armonía contigo mismo. ¿Difícil, verdad? Si reflexionas sobre todo lo positivo que puede traer a nuestra vida el silencio, le reservarías un hueco privilegiado en tu agenda.
Tenía tan solo 8 años cuando uno de sus tíos le hizo una pregunta. Fue durante una de las numerosas comidas familiares que se celebraban en la antesala del verano. “¿Qué quieres ser de mayor?”. Estaba confusa por desconocer nombres complejos de trayectorias profesionales. O incluso de intuir que esa era la respuesta que tenía que dar. Y desvió su mirada hacia la persona con la que más cómoda se sentía en el mundo. Su sonriente abuela María. “Feliz, de mayor quiero ser feliz”, contestó.
Entró callada y pausada a la estancia. Al descorrer la cortina su pequeño cuerpo se vio envuelto en una oscuridad amable. Esa negrura íntima estaba acompañada de una multitud de velas que parecían guiñar sus llamas como cientos de ojos cómplices. En esa estancia que ahora le ofrecía sus rincones como brazos abiertos, el tintineo de las gotas de agua se presentaba como el poema más hermoso que jamás hubiera escuchado. Porque la poesía se esconde en cualquier rincón cada día que nos recibe.
En Al Ándalus cada elemento de la naturaleza tenía un peso importante. El agua, además de purificar el cuerpo y el alma, era un componente fundamental durante la limpieza y el disfrute que todavía hoy día experimentamos en nuestra experiencia hammam. Pero además, era la protagonista d e un ritual que conservamos hasta nuestros días, el del té.
Todos los caminos llevan al hammam. Las calles de una localidad son como arterias. Su sangre fluye graciosa, caótica y desordenada a través de sus habitantes. Dota de vida a su corazón. Y se entretiene en otros órganos valiosos. Como los pulmones, que dan aire puro a todo ese organismo vivo. Que siente, crece, lucha y vive: la ciudad.