El verano concebido como estado de ánimo y refugio de paz, no como una estación del año en la que el calor nos abrasa y otras tierras tropicales junto al mar nos quedan lejos. Madrid puede convertirse en el oasis más paradisiaco, si sabemos cómo reinventarlo para después zambullirnos en él.
Somos agua. Agua que alimenta nuestra alma. Agua que fluye pizpireta por nuestra piel. Mantener a nuestro cuerpo hidratado es insuflarle salud, armonía y vida.
Nuestros ancestros ya conocían los beneficios de beber té y convirtieron este acto en un ritual social y placentero que todavía perdura en nuestros días, expresado de diferentes maneras en las distintas culturas.
Dicen que con cada estrella fugaz se nos concede un deseo. Este año repetimos experiencia en Granada y comenzamos la misma aventura en Córdoba: desde Sierra Nevada hasta Sierra Morena, nuestros invitados tendrán en privilegio de pedir un sinfín de deseos y asistir a una espectacular observación astronómica de mano de Astronoches en Granada y AstroCórdoba en la capital del Califato Omeya.
Julio es el ecuador del año. El momento para caer abatidos de cansancio. Y resurgir de nuevo con más fuerza de nuestras cenizas, como el ave fénix. Julio es el final y el principio. Es la fiesta de la juventud. Que nos recuerda que, sea cual sea nuestra edad, hay vitalidad dentro de nosotros. Solo tenemos que reactivarla y continuar.
– ¿Y esta historia que me vas a contar sucedió cerca de aquí?

– Muy cerca, vamos paseando hacia allí… El relato comienza en calle Ollerías
Si nos preguntáis qué lugar visitar en Córdoba, comenzaremos por el principio. Su cancela de entrada constituye por sí sola un espectáculo digno de película o, teniendo en cuenta los tiempos en que vivimos, diríamos un espectáculo digno de serie. La mismísima saga de la HBO, Juego de Tronos, eligió el Puente Romano de Córdoba para grabar un capítulo de su quinta temporada.