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Durante los últimos años, las redes sociales, Internet o la necesidad de comprobar siempre las notificaciones de nuestro smartphone se han convertido en nuestro pan de cada día. Sin embargo, desconectarse de la tecnología no solo es algo posible, sino también necesario.
Técnicas para desconectar de la tecnología
Hasta hace quince años, nuestro contacto con la tecnología se limitaba a esa famosa Tarifa Plana a partir de las 6 de la tarde y mensajes SMS a través de nuestros móviles “ladrillo”. Sin embargo, la pasada década supuso un despegue tecnológico que no solo ha cambiado algunos de nuestros hábitos, sino que ha convertido el exceso de tecnología en un problema real.
La incapacidad para desconectar de las apps y redes sociales, o la necesidad de recibir siempre nuevas notificaciones que confirmen nuestro lugar en el mundo son hábitos en principio inofensivos. Hasta que se convierten en un problema real y no solo nos afecta a nuestro tiempo, sino también a nuestro estado de salud.
Por suerte, contamos con numerosos recursos a nuestro propio alcance para desconectarse de la tecnología. Y el primer paso es, a priori, sencillo: desconectar el móvil. Especialmente antes de irnos a dormir y en nuestra primera hora tras despertarnos es vital hacer uso omiso de la tecnología, ya que inducimos a nuestra mente a un mejor proceso de sueño y afrontamos la nueva jornada con mayor energía. ¿Eres de los que consulta WhatsApp antes de poner un pie fuera de la cama? ¿Leer un tweet con malas noticias? Dicen que “somos lo que comemos”, pero realmente somos “cómo descansamos.”
Desconectar de la tecnología tras el trabajo
Al problema de las tecnologías cabe sumar otro problema: el trabajo. Y a este, otro mucho más reciente: teletrabajar desde casa a causa de la pandemia. Aunque son muchas las personas que han encontrado en el trabajo desde casa una nueva oportunidad para conciliar vida profesional y personal de mejor forma, otros muchos confirman la problemática de separar trabajo de descanso, especialmente cuando pasamos más tiempo en casa.
Aprender a fijar una jornada de trabajo y respetarla es el primer paso a la hora de evitar esas “notificaciones de trabajo” a las 9 de la noche o terminar trabajando en la cama antes de dormir. Si cumplimos ese horario no solo seremos más productivos sino también más consecuentes con nuestro tiempo libre y la posibilidad de disfrutarlo.
Una vez contamos con estos momentos, siempre podemos ir un paso más allá y fomentar diferentes actividades que no incluyen la tecnología:
- Correr o practicar otro deporte: Salir a hacer running o, simplemente, caminar sin prestar atención al móvil, nos permite desconectar al mismo tiempo que generamos endorfinas de la felicidad.
- Practicar yoga: La práctica de yoga supone otra perfecta aliada para combatir el estrés y la ansiedad. Si vas a practicar tus asanas en casa, procura hacerlo en un espacio para ti, que te de paz. Y es que la separación de espacios dentro de casa es otro factor importante a la hora de desconectarse de la tecnología por motivos de trabajo.
- Técnicas de relajación: Si el yoga no es lo tuyo, puedes optar por técnicas para desconectar la mente como meditación o mindfulness. Siéntate en un espacio cómodo con la espalda erguida y centra tu atención en la respiración o, simplemente, contempla lo que tengas delante (por ejemplo, la llama de una vela).
Vivimos en un mundo con exceso de tecnología
Encontrar nuestro momento de relax alejados de la tecnología es vital en un mundo cada vez más conectado a la nube. Esto también es aplicable al campo de la educación y las nuevas tecnologías, ya que nuestros hijos pasan más tiempo en casa y resulta fácil que pasen más tiempo consumiendo contenidos en Internet.
Especialmente en un momento como el actual, reflexionar acerca de ciertos excesos y centrarnos en esos matices más sencillos es algo necesario, pero especialmente, posible. Puedes volver a retomar esas actividades que disfrutabas años atrás como dibujar, leer o la jardinería (las plantas son grandes aliadas en esta situación), salir a caminar o jugar con tus hijos a pasatiempos que no impliquen una pantalla de por medio.
De lo contrario, los problemas para cuidar nuestra salud mental se acentuarán con el tiempo. Y por desgracia, no sabemos hasta cuándo seguirá así esta situación.