Independientemente de su denominación, las casas de baños han sido un elemento al que numerosas civilizaciones han recurrido de manera asidua a lo largo de la historia. Desde Roma hasta Japón, las culturas han disfrutado del placer de descansar y reunirse en el agua. Durante un tiempo, sin embargo, en occidente languideció la popularidad y uso de estas instalaciones hasta que a finales del siglo XX y muy especialmente a comienzos del XXI, numerosas iniciativas privadas han traído de vuelta el concepto de terma o Hammam. Hoy se han convertido en un atractivo turístico, de ocio y bienestar en el que cobra especial relevancia la figura del anfitrión.
Visitar Hammam Al Ándalus es una experiencia que va más allá del baño. Cada elemento, desde la iluminación hasta la música, desde la decoración hasta los olores, está planteado para crear una indescriptible sensación de descubrimiento, magia y misterio. Ahí es donde entra en juego el anfitrión, la persona encargada de adentrar al viajero en un mundo completamente nuevo para él y de ofrecerle una breve guía sobre lo que puede esperar en el Hammam y cómo sacarle el máximo partido a su visita.
Vestidos con ropajes que simulan togas, los anfitriones de Hammam Al ándalus reciben al viajero y le muestran solo lo justo para que este disfrute de su experiencia, a su propio ritmo y sin prisa: cuál es la terma caliente, tibia o fría, en qué orden se pueden usar para potenciar diferentes efectos en el cuerpo… “Es el alma, el que da vida a la magia del Hammam a través de su hospitalidad, empatía y bondad”, relata una anfitriona de la sede de Granada.
El responsable de que todo esté en orden
Además de introducir al viajero en el mundo de sensaciones del Hammam, los anfitriones se encargan de que todo esté en orden, desde la limpieza hasta la ausencia de ruidos. Son muchos los elementos que componen los servicios que se ofrecen en espacios como Hammam Al Ándalus y el anfitrión cuida de que nada quede al azar. “Nuestra tarea es una sola; favorecer y coordinar todos los elementos necesarios, materiales, humanos y de cualquier índole para que la experiencia del viajero sea lo más satisfactoria posible. Por supuesto esto incluye acompañarlos y cuidarlos ya que la base de nuestra filosofía es que dejen fluir sus emociones durante el servicio”, detalla uno de los anfitriones de la sede de Córdoba.
Los anfitriones de Hammam Al Ándalus también reciben muchas preguntas por parte de los viajeros: “desde cuál es el mejor recorrido hasta peticiones diferentes: una mujer nos solicitó que instáramos a los demás viajeros a abandonar la terma para que ella pudiera quedarse en soledad y hacer una foto”, añaden desde Córdoba. Una de las constantes en este aspecto son las peticiones para disfrutar de los espacios de otra manera, tal vez leyendo o con música. “En una ocasión, un chico nos pidió colaboración para proponerle matrimonio a su pareja”, recuerdan desde Granada.
Sin duda, los anfitriones en los baños árabes son una parte fundamental de la experiencia de visitar estos lugares y su trabajo consiste en asegurar que los viajeros estén cómodos durante su estancia y consigan sacarle el máximo provecho a la experiencia. Además de asesorar sobre cómo utilizar las termas, son responsables de mantener el lugar limpio y agradable para todos los que lo visitan.