Este mes de octubre, ciclo de la Vitalidad, escribe para nuestro almanaque la periodista y escritora Virginia Galvín. Ella es capaz de resumir de una manera brillante La vida en 5 minutos (Editorial Círculo de Tiza, 2015). Así se llama su primer libro. La autora dedica sus días a subdirigir la revista Vanity Fair. Y sus madrugadas a escribir el blog del que es autora, “Agujeros Negros”. Precisamente de esta bitácora surge su ópera prima. Una recopilación de textos que hablan de trabajo, amor, cultura, amistad. y también de la soledad“, la madre de todos los temas”,.

Foto: Uxio da Vila

Lectora voraz, escritora a tiempo completo. Las palabras son sus compañeras de vida. Porque, como ella misma ha confesado, tiene un radar muy afinado para lo pequeño. Y ahí es donde encuentra esas historias que luego nos relata con mirada irónica. La inspiración le viene “de todas partes. Está en las papeleras. En la sala de espera del médico, en la terraza del último restaurante de moda,. En la expo de Zurbarán del museo Thyssen,. En las conversaciones que escucho en el autobús. O en mi propia casa. En las discusiones de pareja del patio de vecinos. En el taller donde me arreglan el coche… No hay ningún caladero desdeñable para mí. Sólo tengo que extender la antena. Mezclar ingredientes a veces imposibles. Y servir en capítulos tan breves como el amor eterno” (Revista Culturamas).

La vida en 5 minutos nos ofrece algunas píldoras para conocer un poco mejor a Virginia. Aunque las 346 páginas de este libro están llenas de genialidad. Recogemos algunas de ellas a modo de abrir de boca.

“Amo Madrid y a veces la odio. Pero siempre que la recorro de noche me reconcilio con su áspera grisura, con sus mercurios de agosto, con su envidia de mar”.

“Enamorarse tiene algo de hallazgo jubiloso, igual que entregarse a la lectura de un libro que es un viaje transformador y que, como los rituales sagrados, requiere silencio, soledad y gratitud”.

“Pocas veces llegamos a la hora en punto a las cosas, a las personas, a los retos. Así que, para compensar, tratamos de llegar a la hora a la oficina, a las citas de amor, a la consulta del médico. Un sucedáneo de oportunidad que nos permite asumir ese precario equilibrio con el tiempo mientras vivimos demasiado pronto, demasiado tarde”.

“Ser it-girl es un estado de gracia. Un mohín a diez minutos del restaurante de moda. Un hombre cerca y muchas mujeres que te envidian y quisieran ser como tú cuando tú no sabes quién eres. Su estigma y su destino es desatar pasiones sin vivir una pasión”.

“La escritura es una carrera de fondo contra uno mismo. El gozo y el látigo. Las palabras deberían ser sagradas. Me irrita sobremanera su mal uso y agradezco como un bálsamo la lectura de párrafos donde cada término ilumina un tramo del túnel. Donde nada sobra ni falta”.

La carrera profesional de esta madrileña ha estado siempre vinculada a los medios de comunicación y, además de Vanity Fair, ha firmado textos en publicaciones tan prestigiosas como Tribuna de Actualidad, Elle, Marie-Claire, El Mundo, El País o GQ. Este mes tenemos la inmensa suerte de contar con esta “flaneur a cualquier hora del día e inevitable cazadora de instantes en cada momento”. Descripción que hace de ella el escritor y periodista Guillermo Busutil. Virginia Galvín se cuela en nuestro mes de octubre para hablarnos de vitalidad, cualidad que conoce y comunica muy bien.

 

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