La paz mental es algo así como un santuario interior, un espacio de calma y claridad que alcanzamos cuando silenciamos el ruido del mundo exterior y las preocupaciones diarias. ¿Cómo tener paz mental? Cultivar hábitos que fomenten esta tranquilidad es esencial para cuidar tu salud mental, pues esto te permite conectar con tu esencia y transitar por la vida con mayor serenidad, dejando la puerta abierta a una existencia más plena y consciente.
Cultivarla bien para que florezca mejor.
Una semilla que se cuida
Cada 7 de abril, el Día Mundial de la Salud nos recuerda algo tan sencillo como esencial: estar bien no es una circunstancia, es una práctica. Es el fruto de una atención consciente, de una pausa, de un gesto repetido con amor.
La salud, cuando se mira desde el interior, es un jardín. No se impone. Se cultiva.
Hay caricias que no solo rozan la piel, sino que descienden a territorios más hondos, allí donde habita el alma. El masaje sensitivo en Hammam Al Ándalus es uno de esos rituales, un recorrido sereno que despierta los sentidos y reconcilia el cuerpo con su propio pulso esencial.
El día a día nos enfrenta a situaciones estresantes que no nos dejan tiempo para pararnos a pensar en el presente. Ponemos el piloto automático y nos dejamos llevar, sin apenas darnos cuenta de las tensiones que acumulamos. Darse un respiro se convierte en una necesidad para recuperar la energía y debemos ser conscientes de la importancia de desconectar para volver a conectar.
Tras un masaje esperamos una sensación de ligereza y liberación de cargas, como dar al botón de reinicio para volver a nuestra vida cotidiana con la energía recargada. Sin embargo, ese estado de armonía en el que el cuerpo y el espíritu se sienten rejuvenecidos tiene que transicionar después hacia una curación más profunda. Esto implica la aparición de una serie de efectos y sensaciones que permanecen después de un masaje descontracturante que no siempre son agradables pero que debemos conocer porque son completamente normales dada la naturaleza de las técnicas que se emplean.
Los baños árabes son ejemplo de la importancia del agua en la cultura de Al-Ándalus. De hecho, los hammam eran las instalaciones más populares y comunes en la vida cotidiana de las ciudades andalusíes. Su relevancia no solo se debió a que eran lugares de limpieza y relajación sino también de encuentro social.