Es el agua, las escaleras,
las velas, las toallas,
la luz discreta de las salas,
las paredes amables,
las celosías, las estancias misteriosas,
pero siempre el agua.
El agua y la alberca,
la lujosa alberca,
¿El agua caliente y el agua fría
son la misma agua?
Flotando sobre la superficie como un ángel,
así estuve un tiempo largo.
Sin pensamiento, solo con alegría
en los ojos que se cierran.
Y es el cuerpo.
La gran reverencia hecha al cuerpo.
Manos generosas
que palpan lo que eres:
Piernas, brazos,
costillas, sangre,
cuello, rodillas,
caderas, huesos,
manos, cansancio.
Músculo a músculo,
en un proyecto de felicidad
que al fin se cumple.