Mezquita de Córdoba. www.andaluciaturismo.org

Tras conocer los rincones de la Granada árabe en nuestra propuesta anterior, esta semana os invitamos a conocer una zona monumental impregnada por distintas culturas. Córdoba fue testigo de la coexistencia de tres culturas durante un periodo de su historia. Cristianos, judíos y musulmanes convivieron en Córdoba, dejando un legado de extraordinario valor cultural. Os proponemos un paseo por la historia de la que fue capital del Califato Omeya y sus legados de las tres culturas de Al Ándalus.

Cómo sumergirnos en el corazón de la historia de Córdoba

Comenzaremos este recorrido por el centro histórico de Córdoba en una de las construcciones musulmanas más espectaculares en Occidente, La Mezquita, actualmente también denominada La Catedral de la Asunción de Nuestra Señora. El año 786 contempló el inicio de su construcción, momento en el que Córdoba era la capital de Al Ándalus. Durante nuestra visita podremos apreciar distintos estilos en su arquitectura, ya que este conjunto monumental vivió distintas ampliaciones. Impresiona su exterior. Atrae el Patio de los Naranjos. Pero sorprende aún más recorrer su interior, repleto de más de mil columnas, sobre las que se apoyan arcos de herradura de dos colores.

Al salir de la Mezquita, todo lo que nos rodea tiene un indiscutible olor a historia. El entramado de calles que envuelve este lugar de culto forma La Judería. Este núcleo histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad, presenció cómo los judíos vivieron allí entre los siglos X y XV. Deambular por sus calles es casi obligatorio. Los amantes de la fotografía podrán disfrutar de una estampa única si descubren la Calleja de las Flores. Este estrecho callejón sin salida, finaliza en una pequeña plaza donde es posible admirar la torre de la Mezquita, enmarcada con los balcones y las flores que dotan de carácter a esta ciudad.

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Nuestro paseo por estas irregulares callejuelas puede desembocar en la calle Judíos, donde es posible visitar la Sinagoga. Este templo hebreo, de muros inundados con arte mudéjar, está compuesto de un pequeño atrio y una sala de oración.

Es el momento de hacer un alto en nuestra ruta y degustar la gastronomía cordobesa. El flamenquín debe su origen a Córdoba, al igual que el salmorejo. Este último es especialmente recomendable cuando aprieta el calor, convirtiéndose en una manera refrescante y nutritiva de disfrutar la dieta mediterránea.

Tras este merecido descanso, nuestra siguiente parada será el Alcázar de los Reyes Cristianos. En esta construcción de estilo gótico, residencia de los Reyes Católicos durante ocho, podremos contemplar el Salón de los Mosaicos y caminar por sus impresionantes jardines.

El último paseo del día lo reservamos para cruzar el río Guadalquivir, a través del Puente Romano. Al final del puente, además de unas hermosas vistas, podremos visitar la Torre de la Calahorra. El interior de esta torre, construida con fines defensivos, alberga en la actualidad un museo audiovisual. Regresaremos de nuevo por el puente, en cuyo el extremo nos espera la Puerta del Puente. También conocida como Arco del Triunfo, fue construida en 1570 y restaurada hace menos de una década.

Aún queda un último lugar en esta expedición. Tras pasear, saborear y conocer parte de la cultura de esta ciudad, es momento de zambullirnos en su historia. A muy pocos metros de la Mezquita, en pleno centro histórico, encontramos Hammam Al Ándalus Córdoba. Sus baños árabes nos brindarán la oportunidad de relajarnos como en siglos atrás, trasladándonos al máximo esplendor del Reino Andalusí.

Banos-Arabes-Cordoba

Una respuesta a «Un recorrido por el centro histórico de Córdoba, la ciudad de las tres culturas.»
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