Vivos, pero también con la energía vital y la esperanza suficientes para contemplar un horizonte de proyectos. La vida es proyecto o no es nada. La vida es camino o es calle cortada. Vivos, pero activos en las tareas, cuidándonos, cuidando de los otros, en alerta siempre para batallar contra lo que nos mata. Vivos, pero no inconscientes ni paralizados ni vegetales, sino abiertos al aprendizaje, a los contactos y a las emociones.
Si tenemos esta vida como regalo, hay que cultivar la vida como un jardín particular y un gran parque para todos.