Cocina mediterránea en Málaga

Aunque todas las gastronomías locales son dignas de probar, hoy vamos a señalar la de Málaga y solo unos pocos platos, pues cada localidad de la provincia tiene sus platos típicos. Se trata de una cocina mediterránea donde reina el pescado y el marisco. Aunque hoy es posible comer casi de todo en cualquier parte y no faltan los restaurantes de distintas nacionalidades, lo ideal es paladear lo local con todos los sentidos.

Parece que hay consenso en que el espeto de sardinas se ha convertido en un símbolo de la cocina malagueña en los merenderos y restaurantes a pie de playa. El espeto consiste en ensartar las sardinas en cañas y brasearlas con leña en la arena. Normalmente se utiliza una pequeña barca encallada en la playa como fogón, aprovechándolo además para otros pescados a la brasa.

Medina Azahara: ciudad de las mil y una noches

Apenas a ocho kilómetros de Córdoba es posible revivir cómo fueron los escenarios de Las mil y una noches en Medina Azahara. Una ciudad mítica, cuyo yacimiento arqueológico se declaró Bien de Interés Cultural en 1923 y Patrimonio de la Humanidad en 2018. En proceso de reconstrucción desde hace varias décadas, hoy luce como un yacimiento que narra el esplendor de un califato. En su momento, fue una ciudad palaciega que se edificó por orden de Abderramán III, califa de Córdoba, como deseo de destacar su poder sobre otros califatos y, según la leyenda, tomando el nombre de una de sus esposas, Azahara, y en su homenaje por haberle propuesto la construcción. Considerada la Versalles nacional de la Edad Media, está reconocida tanto por su arquitectura como por su paisaje, su urbanismo y su trascendencia histórica.

En busca del futuro: las mujeres

Desde el Hammam no nos cansaremos nunca de enarbolar marzo como el mes de las mujeres. No renunciamos al hecho trascendental de abanderar la importancia de la mitad de la población mundial, por su fuerza y sobre todo porque en las mujeres hallamos más del cincuenta por ciento de nuestros logros. El futuro está en manos de mujeres y hombres con las manos unidas, en la ciencia, en la labores cotidianas, en el nacimiento de nuevas criaturas. Todo depende de nosotras, las niñas que nacimos hembras sin buscarlo. Tantas niñas desechadas en muchos países, asesinadas, abortadas, víctimas de la ablación (más de doscientos millones) o el abandono y millones de niñas prostituidas. Parece que este mundo no sabe reconocer que de esas niñas ahora depende su futuro. Sin madres no hay gente. Sin mujeres no hay vida. Somos las mujeres el big bang de la Tierra.

Milagro o lógica: lo que hacemos con las manos

Pensamos en clave de  invierno. Descubrimos lo que apenas merece atención y sin embargo merece toda la atención. Qué hacen las manos: mil cosas cotidianas y extraordinarias: gestualizar mientras dialogamos, practicar la comunicación no verbal y no consciente (Flora Davis, una joya de ensayo para conocernos), expresar sentimientos, acariciar, apretar en los abrazos, cocinar los alimentos, teclear móviles y portátiles, tocar música, preparar recetas, tomar el pulso a la fiebre, palpar la madurez de un fruto, rozar las mejillas, el pelo o los labios, sujetar o impedir una caída, sembrar plantas, limpiar las superficies y los rincones, organizar los ladrillos y los cimientos, decorar los espacios habitables, sanar las heridas, servir las copas, escribir en la pizarra los quebrados y  ecuaciones, señalar direcciones, cambiar pañales de bebés, inyectar el medicamento, maquillar las ojeras, pintar los labios, peinar los cabellos, extraer los minerales, regar las flores y los arbustos, tejer prendas de abrigo, bordar motivos, dibujar escenas de animación, pintar el arte clásico o de vanguardia, hacer esculturas, enviar mensajes a través de las redes, dar placer, aliviar las tensiones del otro. Y mucho más.

Artistas de Invierno en el Hammam

Como siempre, queremos seguir cerca del mundo de la cultura. Aprovechamos cualquier ocasión para acercarnos y acercaros al arte, al fin y al cabo no en vano somos Cultura del Agua, del Cuerpo y de la Hospitalidad. La iniciativa para este invierno ha sido seleccionar un pintor de reconocida calidad que represente el invierno desde cada una de las localidades donde se encuentran nuestros centros:  Mika Murakami para Granada, Francisco Vera para Córdoba, Madrid con Ninoska y Leo Peralta en Málaga.  Hemos pedido a cada uno de ellos que nos hablen sobre su obra y de paso para que podamos conocerlos mejor.

Andalucía no es juego ni estampa

Celebramos el día de Andalucía sin apenas conocernos entre provincias. El 28 de febrero, día de la patria, se fija en nuestro calendario festivo, pero no pensamos en lo que de verdad significa. Andalucía no es solo un territorio, cultura o chistes fáciles. Se trata de una Comunidad que ha dejado historia, literatura, geografía y belleza en su interior y la ha exportado a todo el mundo. Se ha ganado gran respeto. O más claro, sus habitantes se han ganado el respeto durante siglos, desde que sus múltiples pobladores la fueron vistiendo de gloria y convivencia.

Andalucía no es solo la fama mundial de Sevilla o de Málaga, el patrimonio de Granada y Córdoba, Ronda, Antequera, Carmona o Jerez, la singularidad de Cádiz, el crecimiento de Almería, la reconditez de Jaén y Huelva, la perpetuidad de Baeza y Úbeda. Andalucía son estas ciudades y además todas sus poblaciones, sus costas, sus montes, sus dehesas, sus desiertos y sus praderas.

Volver cuando necesito volver

“Y volver, volver, volver… a tus brazos otra vez”, esa ranchera que cantaba Vicente Fernández, compuesta por el mexicano Fernando Maldonado: https://www.youtube.com/watch?v=ugNQ5uIN09Q. Claro, era esto, volver a los brazos del agua quieta, caliente, fría, templada, en vapor, acariciándome manos que relajan e insuflan vitalidad. La paz, el equilibrio. No se trata de un juego, un lujo o un capricho, una experiencia turística, un sueño que se cumple una vez y no más. El agua y las termas no son flor de un día, sino costumbre, tradición, encuentro con el yo, necesidad personal de hallazgo con la naturaleza y elevación del espíritu. Debo volver volver al Hammam cuando lo necesito, cuando el tiempo acucia y acecha con su estrés y sus obligaciones, cuando la existencia pesa y las preocupaciones me dominan, cuando se presenta la sequía física o intelectual. Volver será la meta a la que llegar y desde la que continuar este largo camino hacia el interior.