La creación de jardines botánicos andalusíes se inició en Córdoba y alcanzó su máximo esplendor en la Alhambra. Su origen está profundamente ligado a la agricultura. Pero también a la farmacología y la nostalgia. Te contamos más en este artículo.
Continuamos repasando los valores y la herencia que el pueblo andalusí dejó en la Península Ibérica. Hoy hacemos un breve recorrido por el papel de la medicina en Al Ándalus. El pueblo andalusí destacó en el desarrollo de la medicina, la farmacología y la cirugía. Al igual que en otros ámbitos científicos. Hasta entonces la cirugía había estado menospreciada como conocimiento científico.

Muchas son las tradiciones y costumbres que forman parte de nuestra cultura más arraigada que tienen su origen en nuestros antepasados andalusíes. Hoy, nos detenemos a hablar de la agricultura, una de las actividades que más agradece a los árabes su aportación a lo largo de la historia.
Los dirigentes Omeyas de Al Ándalus centraron su política en impulsar todo lo relacionado con el desarrollo agrícola. Este impulso a la agricultura permitió mejorar la dieta facilitando el consumo de productos desconocidos hasta entonces.
La dieta mediterránea, de hecho, está basada en el gran consumo de frutas y hortalizas, muchas de ellas de procedencia árabe.
Este es el caso de de la naranja. En el S.X, este fruto se usaba para cocinar y para elaborar medicinas. Su flor, el azahar, se utilizaba para elaborar perfumes al igual que ocurre hoy en día. De hecho, el naranjo es hoy una seña de identidad en algunos de los edificios más emblemáticos del Ándalus de los que hoy disfrutamos en Andalucía y en toda España.
Además trajeron el limonero, la lima y el toronjo. El naranjo y el limonero se utilizaban en Al Ándalus para adornar los jardines por su belleza y por el aroma de sus flores, tal y como sigue sucediendo hoy en los patios y calles de Andalucía.
Otras de las frutas y verduras que nos llegaron a través de los árabes son espinacas, berenjena, zanahoria, sandía, albaricoque, plátano y membrillo. Una amplia variedad de productos cuyo cultivo fue posible gracias a que los andalusíes trajeron sus sistemas de regadío que permitió la creación de los huertos andalusíes.
Otro de los inventos procedentes de nuestros antepasados árabes es la noria, un elemento que hizo posible la agricultura durante cientos de años. Estas tiene su origen en la palabra Al Naura (la que llora). Los árabes le pusieron este nombre por el sonido que producía la noria al girar sobre su eje, un sonido que recuerda a un quejido. Además, el agua que cae, evoca las lágrimas derramadas.
Los andalusíes fueron maestros en el aprovechamiento del agua. La escasez de agua en las zonas de las que procedían les obligó a crear sistemas muy ingeniosos como la acequia. La palabra acequia viene de la palabra saquiya, que significa río. Se utiliza para conducir el agua a través de los huertos por muchos de sus numerosos ramales. Muchas de las acequias construidas en aquella época siguen utilizándose actualmente, como es el caso de las acequias de las Alpujarras granadinas.
Como vemos nuestro presente está muy unido al pasado árabe de nuestra tierra, unas raíces de las que debemos sentirnos muy orgullosos.
Si de algo podemos presumir en nuestro país, es de tener la mejor dieta del mundo. La famosa dieta mediterránea tiene siglos de historia y se ha ido forjando con las aportaciones gastronómicas que han hecho las distintas civilizaciones que han pasado por la península. Por su etimología quizá algunas de las comidas que hemos heredado de los árabes ya las conozcas, pero hay otras que te van a sorprender.
Como siempre decimos en Hammam Al Ándalus, el agua es fuente de vida y nuestra razón de ser. Por ello hoy vamos a hablaros de otra de las principales funciones del líquido elemento, la hidratación.
Cuando hablamos de hidratación nos referimos al proceso por el cual las personas en este caso, o cualquier organismo vivo en general, incorpora agua a su sistema. No olvidemos que los seres vivos somos en esencia agua. Agua que forma los músculos, los huesos, los tejidos, etc. Por ello la pérdida de líquido, deshidratación, produce en nosotros fatiga, cansancio, falta de atención, enrojecimiento de la piel…Una hidratación adecuada ayuda al organismo a funcionar correctamente ya que el agua actúa como parte del alimento que necesita para generar energía y purificar el cuerpo.
El principal indicador o consejo sobre cómo mantener una buena hidratación es muy simple. Bebe agua siempre que tengas sed. La sed es un mecanismo fisiológico que responde a indicadores internos que le dice al cerebro que hay un desequilibrio en la concentración de los líquidos del cuerpo, y entonces sentimos sed para volver a un estado óptimo. Esto obedece a que las personas, como la mayoría de los mamíferos, estamos diseñados para funcionar en un estado de deshidratación moderada, que corregimos con la ingesta de comida y alimentos. Es decir, los humanos no tenemos capacidad para almacenar líquidos y minerales como para compensar un futuro déficit, ya que los que nos sobran los expulsamos a través de la orina.
A continuación os dejamos alguno de los mitos más repetidos en cuanto en lo que a la hidratación se refiere.
Hay que beber ocho vasos de agua al día. La capacidad es una cuestión individual, dependerá de cada uno. La recomendación estándar es 2,5 litros diarios en el caso de los hombres y 3,5 en caso de las mujeres. Pero es una media estándar.
El color de la orina, una orina clara indica buena hidratación. Es cierto que existe una relación entre el color de la orina y la hidratación, y que si es muy oscura puede ser síntoma de algún problema, pero no necesariamente de deshidratación.
La cafeína deshidrata. El consumo de cafeína conlleva directamente un mayor filtrado por parte de los riñones, los riñones siempre están trabajando y hay que tener en cuenta que también influyen los hábitos alimentarios a los que el organismo está acostumbrado
Después de un elevado esfuerzo físico hay que ingerir tantos litros de agua como de sudor se han perdido. Esto no es cierto ya que a través de la sudoración no solo se pierde agua, si no sales minerales y otros compuestos químicos. Es decir, la cantidad de sudor suele ser mayor que la cantidad de agua que necesitaremos para recuperarnos.
Cuanto más líquido ingiramos mejor. El exceso de ingesta de agua puede llevar a una sobrehidratación que puede hacer que bajen los niveles de sodio en sangre, teniendo consecuencias negativas sobre la salud.
Una buena hidratación elimina el riesgo de insolación. El riesgo de insolación es consecuencia de altas temperaturas, por encima de los 40º, la deshidratación puede agravar esta situación pero no es existe una dependencia directa.
Esperamos que os haya resultado interesante esta entrada, ¿qué otros mitos conocéis sobre la hidratación/deshidratación? En nuestra próxima entrada os hablaremos de la hidratación de la piel.
Despertar por la mañana, levantar la cabeza de la almohada, poner los pies sobre la alfombra, ir a la cocina, abrir la alacena y sacar una jarra. Esta rutina, tan común en miles de hogares cada día,sería muy distinta si en nuestra cultura no tuviéramos una más que clara influencia de nuestro pasado andalusí.
El agua es nuestra principal razón de ser, en torno al agua se desarrollan todas nuestras actividades, sin ella no tendríamos sentido. El agua es nuestra vida.
Si nos paramos a pensar en las actividades que realizamos a lo largo del día, especialmente ahora en época estival, nos damos cuenta de que el agua tiene una presencia constante en nuestras vidas. Desde lavar los alimentos, hasta un refrescante baño en la playa, en la piscina, y por supuesto aquí, en Hammam Al Ándalus, el agua es clave. Por ello en gran medida puede decirse, que nuestro bienestar depende de la calidad del agua. Ofrecemos un turismo de bienestar en verano que gira alrededor de la cultura del agua.
Para garantizar la calidad de las aguas tanto de consumo humano y animal como las destinadas al baño, existen controles sistemáticos de calidad físico-química y microbiológica. Es decir, se estudian la presencia de minerales y bacterias presentes en las cuencas, manantiales, redes urbanas, etc. Con ello se garantizan la salubridad de tan insustituible recurso.
Podemos decir que España en general y Andalucía en particular goza de una excelente calidad del agua, ya que el 99,6% de los análisis oficiales, realizados dentro del control de cumplimiento del Marco de Directivas de Agua de la Unión Europea, califican de aptos los recursos hidrográficos españoles.
Además, debemos tener en cuenta que en las aguas para el baño una de las claves más importantes es el estudio y control es el pH del agua. Este índice mide la acidez del agua, o lo que es lo mismo cómo de agresivo puede resultar un líquido sobre nuestra piel. La piel humana en si misma tiene un grado de acidez, por lo tanto el pH neutro será el correspondiente al de nuestra piel, el pH 5.5.
En Hammam Al Ándalus apostamos por la salud y el bienestar, tanto física como mental, que nos otorga el agua, por lo que somos minuciosos en el cuidado de nuestras instalaciones: controles continuos, filtrado, limpieza, tratamiento y aprovechamiento hasta la última gota de nuestra preciada materia prima.