Contenidos
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- 2 ‘La caricia del agua’ es un título muy sugerente y que, al mismo tiempo, mantiene oculto el secreto de la trama. ¿Qué podemos esperar de su novela?
- 3 El Hammam de Málaga es un escenario importante en la novela, ¿qué le ha motivado?
- 4 ¿Qué le llevó a inspirarse en el Hammam como uno de los principales escenarios para sus personajes?
- 5 ¿Qué aportan estos lugares ‘diferentes’, como un Hammam, a las ciudades en las que se sitúan?
- 6 Cada novela tiene un proceso de creación diferente, ¿cómo ha sido el suyo?
- 7 ¿Dónde podemos encontrar su novela?
Víctor Frías (Málaga, 1975) habla de su última novela, ‘La caricia del agua’, con una serenidad que transpira en cada palabra. En su discurso hay un poso de tranquilidad y bienestar que, seguramente, tiene mucho que ver con Hammam Al Ándalus Málaga, uno de los principales escenarios donde se ambienta su obra recién publicada.
No por casualidad, Frías es usuario regular del Hammam y parte de su experiencia con los baños y tratamientos le han llevado a tejer su historia en este espacio tan especial. No es el único en una novela que pide “tres lecturas”, como el propio autor explica, para disfrutar por completo de todo lo que puede ofrecer ‘La caricia del agua’. De eso conversamos en esta entrevista que, ya te adelantamos, te provocará ciertas ganas por experimentar lo mismo que los personajes de Víctor Frías.
‘La caricia del agua’ es un título muy sugerente y que, al mismo tiempo, mantiene oculto el secreto de la trama. ¿Qué podemos esperar de su novela?
Es una novela que profundiza en algunas cuestiones de nuestro entorno y familia. Nos anima a preguntarnos si realmente los conocemos, si sabemos cuáles son sus sueños, sus secretos… nos hace cuestionarnos hasta qué punto sabemos cuál es su realidad. ‘La caricia del agua’ te plantea la duda de si realmente queremos saber esa parte oculta de las personas.
Jorge, Estrella y el mendigo invisible son sus tres protagonistas y tratan de salir adelante ajenos a estas preguntas. Están insatisfechos, son inconformistas y están en una situación en la que se tienen que cuestionar qué hacer para mejorar. Todo esto en un entorno en el que la vida es más frágil que nunca. El mendigo invisible juega un papel importante porque nadie se fija en él pero él sí observa a todo el mundo…
El reto es que el lector se involucre tanto en la historia y que sienta que es uno más y se sorprenda y se vea imbuido en esos impulsos y vaivenes de la historia. En ese impacto o caricia del agua que lo mueve todo.
El Hammam de Málaga es un escenario importante en la novela, ¿qué le ha motivado?
El Hammam es uno de los escenarios principales. El agua es el motor y el impulso de todo lo que pasa: Jorge, uno de los protagonistas, se siente muy cómodo en el agua. En el momento en que nada todas sus sensaciones fluyen. Él acude al Hammam para disfrutar de los baños y ahí se produce un efecto de liberación en el que se quita todos los pesos de encima.
Era importante en cuanto a escenario; ese fluir del agua canaliza muchas emociones del personaje. Estrella, por su parte, es trabajadora del Hammam y tiene un don, como un ‘superpoder’ que se amplifica en contacto directo con el agua. En su trabajo, en los tratamientos que se dan, ella está viviendo ese don que no puede controlar y del que, en principio, siente cierto rechazo.
El espacio del Hammam en sí provoca muchos cambios y sensaciones que los conducen hacia el final de la historia y la resolución de sus propias tramas.
¿Qué le llevó a inspirarse en el Hammam como uno de los principales escenarios para sus personajes?
Es mi propia experiencia como usuario. Yo tenía la idea en la cabeza, estaba construyéndola y casaba a la perfección al estar en el Hammam y disfrutar de los baños y tratamientos. Entendí que ese bienestar y liberación me venía como anillo al dedo para el desarrollo de la novela y del personaje de Jorge. El agua es el mecanismo en el que fluyen los personajes a nivel emocional.
¿Qué aportan estos lugares ‘diferentes’, como un Hammam, a las ciudades en las que se sitúan?
Este tipo de espacios yo los entiendo como un refugio en muchos sentidos: son un lugar en el que entras y el tiempo se detiene. Es como una liberación del peso de los días. Someterse al agua, a las distintas temperaturas, a los tratamientos… supone una descarga del mundo exterior y de la vida que llevamos sometidos a objetivos y horarios.
Un Hammam, para mí, es un lugar donde te puedes detener a sentir la caricia del agua, precisamente.
Cada novela tiene un proceso de creación diferente, ¿cómo ha sido el suyo?
La novela se construye a partir de dos ideas sencillas: es una travesura que la mente creativa tiene y con la que le apetecía jugar; otra idea son los viajes en tren. Me gusta mucho viajar en tren. Cuando llegas a la estación de las ciudades descubres la parte trasera, lo que no quieres ver, lo que se oculta o se abandona de alguna manera a la vista de todo el mundo. Esa chispa lleva al desarrollo de la novela, lo que comentaba antes sobre la parte oculta de las personas.
Hay una parte de investigación importante y también tiro de mi realidad con mi propia experiencia en el Hammam. Esa parte de construcción es en la que se requiere mucha constancia. Lo mejor es cuando, en base a esa estructura, la historia va creciendo y se va liberando y los personajes van haciendo su propia aportación de un modo mágico… Es uno de esos momentos en los que, por una parte, pierdes el control de la estructura que tenías montada, pero te das cuenta de que te lleva a algo mejor; es una de las cosas más bonitas de escribir.
¿Dónde podemos encontrar su novela?
Se puede encontrar en cualquier librearía a nivel nacional. Si no la tienen físicamente en el momento la pueden enviar en pocos días. A través de la página de distribución internacional de Celesa se puede adquirir en cualquier parte de Latinoamérica y Europa. También en la web de la editorial Anáfora e incluso a través de mi página web.