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Piel y emociones tienen una relación más estrecha de lo que imaginamos. De hecho, muchos estudios apuntan que la mayoría de enfermedades de la piel tienen un origen psicosomático. Eso nos indica que nuestra piel es un reflejo de nuestras emociones. ¿A qué aspectos debemos prestar atención?
¿Qué emociones afectan a la piel?
Numerosas investigaciones concluyen que las emociones y la piel están íntimamente relacionadas. De hecho, la psicodermatología estudia esta relación para intentar comprender por qué y cómo afectan nuestras emociones a nuestra piel.
Ciertas reacciones cutáneas como sudor, palidez, rojeces e incluso urticaria son indicadores externos de emociones como la ansiedad, el miedo, la angustia o la tensión, lo que ejemplifica muy bien que emociones y piel tienen un estrecho vínculo.
Y seguro que te has puesto rojo de vergüenza o pálido de miedo en alguna ocasión.
¿Pueden aparecer alergias o enfermedades?
Las alergias en la piel y las emociones también están relacionadas, igual que existe un vínculo entre enfermedades en la piel y emociones. Algunos ejemplos habituales son:
- El estrés y el cansancio pueden provocar acné tardío, es decir, a mujeres de entre 35 y 45 años, en los días previos a la menstruación. La liberación de adrenalina actúa sobre las glándulas sebáceas que, al captar el exceso hormonal, producen más sebo.
- Las personas hipersensibles a las que les cuesta expresar sus emociones tienen tendencia a manifestar urticaria.
- Las desilusiones y el luto pueden dar lugar a alopecia o psoriasis.
- La intranquilidad o el nerviosismo pueden hacer que aparezcan orzuelos en los ojos y herpes en los labios.
- La tristeza y la desilusión hacen que nuestra piel tenga menos brillo.
Pero, si nos fijamos en esto último, también podemos deducir que las emociones positivas actúan en el mismo sentido en nuestra piel. Es decir, tendrá una apariencia más luminosa si estamos felices o enamorados. Por tanto, ya sabemos que, si queremos tener una piel sana y bonita, debemos aprender a gestionar nuestras emociones.
Consejos para cuidar la piel y tus emociones
Prestar atención a nuestra piel nos ayudará también a conocer nuestras emociones. Es esencial encontrar el equilibrio mental y corporal para tener una buena salud. Por eso, gestionar nuestras emociones nos permitirá también mejorar la calidad de nuestra piel. Y, como la relación de piel y emociones es bidireccional, también cuidar de nuestra piel nos ayudará a lograr un mayor bienestar emocional. ¿Cómo hacer este cuidado en doble dirección?
- Haz una limpieza a fondo de tu piel, al menos, una vez al año.
- Exfolia tu piel cada 20-30 días para eliminar células muertas.
- Piensa en positivo para mejorar tu bienestar y el aspecto de tu piel.
- Haz cosas que te hagan sentir bien para que se refleje por fuera.
- Mantén hábitos saludables: alimentación, descanso, deporte y meditación.
- Utiliza productos naturales para el cuidado de tu piel.
- Hidrata tu cuerpo por dentro y por fuera.
En El Jardín de Hammam encontrarás productos de cosmética y cuidado personal con certificación ecológica y base de aceite de oliva, que te ayudarán a cuidarte cada día de la forma más natural.
Dedícate tiempo para cuidar de tu bienestar físico y mental y encontrar ese equilibrio que te permita estar radiante en todos los sentidos.