En las termas de Hammam Al Ándalus, puedes experimentar los beneficios del contraste térmico, una terapia milenaria que combina baños de agua caliente y fría para revitalizarte física y mentalmente. Este proceso, característico del termalismo y los servicios balnearios, cuenta con respaldo científico y un orden específico recomendado para maximizar sus beneficios. ¿Cómo deberías alternar entre el calor y el frío? Descúbrelo aquí.

terma fría

Inicia con calor: relajación y preparación

El proceso comienza sumergiéndote en agua caliente. Este primer paso tiene un efecto relajante sobre los músculos y dilata los vasos sanguíneos, facilitando el flujo sanguíneo hacia las extremidades. Además, prepara al cuerpo para el cambio térmico posterior.

Un estudio de Crinnion, W. J. (2011) publicado en Alternative Medicine Review destaca que el calor estimula la eliminación de toxinas a través de la sudoración, lo que contribuye a la desintoxicación del organismo. Este paso inicial también ayuda a reducir la tensión arterial de manera temporal.

Transición al frío: activación y estimulación

El siguiente paso es un baño breve en agua fría. Este cambio abrupto provoca la contracción de los vasos sanguíneos (vasoconstricción), lo que estimula el sistema nervioso y mejora la circulación al devolver la sangre hacia órganos vitales.

Según Kox, M., et al. (2014) en su estudio publicado en PNAS, la exposición al frío activa la liberación de noradrenalina, una hormona que mejora el estado de ánimo y tiene propiedades antiinflamatorias. Este paso también ayuda a reducir el espasmo muscular, lo que es especialmente beneficioso tras el ejercicio.

Repite el ciclo: intensidad y revitalización

Alternar entre calor y frío varias veces potencia los beneficios de la terapia. Por lo general, se recomiendan de 3 a 5 ciclos, con una duración progresiva en cada etapa. Este patrón ayuda a equilibrar los sistemas nervioso y circulatorio, promoviendo una recuperación muscular más efectiva y una mayor oxigenación de los tejidos.

Un meta-análisis de Leeder, J., et al. (2012) publicado en el British Journal of Sports Medicine concluyó que las terapias de contraste térmico son efectivas para reducir la inflamación muscular y mejorar el rendimiento en atletas.

Finaliza con frío: tonificación y frescura

El ciclo debe culminar con un baño de agua fría. Este paso final cierra los poros de la piel, reduce la hinchazón y deja una sensación de frescura en el cuerpo. Además, estimula el sistema inmunológico, haciéndolo más eficiente en la defensa contra agresiones externas.

Estudios como el de Buijze, G. A., et al. (2016) en PLoS One han demostrado que las duchas frías regulares pueden reducir la incidencia de enfermedades comunes como los resfriados, gracias al fortalecimiento del sistema inmunológico.

Beneficios probados de los servicios balnearios y el contraste térmico

El orden recomendado en los baños de contraste no es arbitrario; cada etapa está diseñada para ofrecer beneficios específicos respaldados por la ciencia. Desde la relajación inicial hasta la estimulación final, esta terapia combina placer y eficacia terapéutica en una experiencia integral que fortalece el cuerpo y el espíritu.

En Hammam Al Ándalus, estas técnicas milenarias se aplican con conocimiento y cuidado en todos y cada uno de sus servicios balnearios, proporcionando una inmersión completa en los beneficios del termalismo y las terapias de contraste térmico. Si buscas renovar tu energía, equilibrar tu cuerpo y mejorar tu bienestar, el contraste térmico es el camino perfecto para lograrlo.