La escritora Olalla Castro nos llega al Hammam con fuerza y criterio en el mes de junio, como oportunidad necesaria para reconocer a las mujeres del momento que apuestan por la literatura como lenguaje para el cambio. Doctora por la Universidad de Granada y licenciada en Periodismo y Teoría de la Literatura, no renuncia a tener su voz para escribir con conciencia de género. Lo social configura su espacio, tratado con tanta delicadeza lírica como rebeldía, lección de vida y literatura. Así nos dice en voz baja que retumba: “Hacer del dolor, de la herida, algo bello es lo que más me interesa de la poesía”.
Es el agua, las escaleras,
las velas, las toallas,
la luz discreta de las salas,
las paredes amables,
las celosías, las estancias misteriosas,
pero siempre el agua.
No es tan fácil. En novelas y películas hemos leído y visto el amor, pero bajo un prisma rosado de emociones que flotan sin suelo, de deseo que emerge sin materia, de sentimiento que explosiona en el vacío, de respiración a la que falta el oxígeno, de pellizco en el pecho que tiene poca vida a ras de asfalto, a ras de hogar y de anécdotas domésticas. Qué prosaico el asunto cuando se impone la cotidianidad al gran pulso de un instante eterno.
Enamorarse. Palabra tan bella en cualquier idioma como necesitada de concretarse en descripciones y hechos. Decimos, pensamos y sentimos enamorarse como un relámpago y su rayo que nos alcanza y parte en dos, como una tormenta que inunda nuestro hogar en un segundo, como un sol que estalla en el cuerpo y lo incendia, como un castillo que se desploma sobre toda razón y nubla toda lógica.
Manuel Vilas (Barbastro, Huesca, 1962) lleva tiempo escribiendo poesía, relato, ensayo y novela, pero es desde hace un par décadas que su obra se ha vuelto imprescindible para entender la narrativa y la poesía del siglo en curso.
Ahora se acerca al Hammam en este mes de mayo, para regalarnos un texto y dejar su huella entre nosotros.
¿Abrieron ya las flores del cerezo
o están aún dormidas
en la sombra del agua?
Alegría podría ser el nombre de la vida compartida entre todos. Abril destila primavera y nos impone su alegría, y abril todo lo vivifica: el paisaje y los cuerpos.
Pero hay que saber sobre la alegría:
Alegría es una composición poética que se suele utilizar en el cante.
La escritora Juana Castro nace en Villanueva de Córdoba, pero se va a estudiar a la ciudad de Córdoba muy joven y reside ahí desde entonces.
Sin embargo, en su obra no se olvida del entorno rural al que presta atención en muchos poemas, sobre todo desde el punto de vista de la mujer oprimida, más si cabe, en los pueblos. Su libro Del color de los ríos se alza como una muestra de desgarro y ternura hacia ella.