El agua y la penumbra curan. Curan de la intemperie del mundo, del aturdimiento del presente, de las deudas con el pasado, del miedo al futuro. El agua cura, el dolor pierde peso y consistencia, y el niño y el viejo pueden sentirse igual de ligeros, como si el tiempo no existiera y pudieran regresar allá donde empezó todo.
¿Sabes qué es lo que más me gusta de ti? Esa manera de arquear las cejas cuando algo no te convence. La forma en la que cruzas los brazos cuando tu atención está puesta sobre algo. La sonrisa que conquista tu cara cuando estás haciendo algo por alguien. El brillo que transmiten tus ojos cuando la ilusión inunda tu día. Todos los años concentrados en tu cuerpo, los mismos que conforman cada una de las experiencias que atestiguan quien eres hoy y que cambiarán cada 365 días para volver a hacerte un ser humano único. Tu sabiduría.
El tiempo nos teje la vida y el vértigo. Nos persigue, llega, se nos acerca, nos precipita, nos adelanta. Huye como un vulano en el aire. Todos lo conocemos. En su poder nos obliga al juego perdedor de combatirlo. De renunciar a la fuga y al vacío. Al sueño de no consumarlo y de no consumirnos. Hay quien aprende a compartimentar sus exigencias. A pactar prioridades, escondites y momentos en blanco.
Octubre esconde un obsequio envuelto en una capa de hojas de otoño. Todo es redondo, como la vocal predominante en esta esta frase y esperanzador, como la uve que forman las bocas cuando sonríen. Octubre ha llegado de pronto, como esa visita que se presenta en casa sin avisar. ¿Cómo se ha ido septiembre tan deprisa?
Este mes de octubre, ciclo de la Vitalidad, escribe para nuestro almanaque la periodista y escritora Virginia Galvín. Ella es capaz de resumir de una manera brillante La vida en 5 minutos (Editorial Círculo de Tiza, 2015). Así se llama su primer libro. La autora dedica sus días a subdirigir la revista Vanity Fair. Y sus madrugadas a escribir el blog del que es autora, “Agujeros Negros”. Precisamente de esta bitácora surge su ópera prima. Una recopilación de textos que hablan de trabajo, amor, cultura, amistad. y también de la soledad“, la madre de todos los temas”,.

El vapor, la temperatura, la penumbra. Una sensación de que el tiempo se hace cuerpo. Un estado meditativo y carnal. La belleza es para mí un sentimiento de reconciliación. Lo he sentido con frecuencia al contemplar el rostro de una mujer mayor en el hammam. Me parecen hermosas las caras viejas por las que ha pasado la vida.
Luis García Montero es poeta, pero tal vez deberíamos decir que lleva más de treinta años emocionándonos con sus poemas. Ha escrito más de una decena de poemarios y varios libros de ensayo. Desde que empezó a principios de los años 80 ha ido dejando una huella en la literatura española con sus versos, por supuesto, pero también con su aportación a la enseñanza de otros literatos a través de la universidad, ya que ha sido Catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada durante 27 años.
