Almanaque Hammam

De Córdoba a Málaga: la casa de la madre, hammam de vida nueva.

De Córdoba a Málaga: la casa de la madre, hammam de vida nueva, por Cecilia Quílez

Llego aquí vacía en el poema
Y un día de paseo entre patios cordobeses
Con tortugas inmóviles en la fuente
Flores recortadas sobre el agua
Anestesiado sopor de primavera
Su bálsamo de luz
Encadenaba nuestros pasos

Hammam: la pregunta del agua, por Isabel Pérez Montalbán

Hammam: la pregunta del agua, por Isabel Pérez Montalbán

Amor mío, ¿seremos la búsqueda del agua
o tal vez su pregunta y también su respuesta?
¿Seremos una bruma de vapor entre sombras
que lucha sin descanso cuerpo a cuerpo
contra el miedo a la nieve y el granizo?

Ensayo sobre la alegría, Martín López-Vega

Ensayo sobre la alegría, Martín López-Vega

La alegría no es una canción:
es saber que la canción no es nuestra,
saber que acabará
y sentir su duración como una vida
(sobre todo cuando suena tan lejana
entre el rumor del agua,
arghul o zurna, bendir o mazhar).

En el hammam, por José Antonio Mesa Toré

En el hammam, por José Antonio Mesa Toré

Caminaba sin norte, por un dédalo

de ardientes callejuelas

-la tarde era de julio, y eran las de mi infancia,

Salir adentro, por Juan Manuel Villalba

Salir adentro, por Juan Manuel Villalba

Ha pasado demasiado tiempo desde que no tenía una cita conmigo mismo. Ha pasado tanto tiempo que no recuerdo cuál fue la última. ¿Tú lo recuerdas?

Morir y nacer de nuevo, por Nuria Barrios

Morir y nacer de nuevo, por Nuria Barros

 

La historia de la humanidad empieza con la expulsión del Paraíso. Adán y Eva abandonan su hogar e inician un viaje sin retorno. Así, con el hombre y la mujer adentrándose en un mundo desconocido, se inicia el mayor libro de aventuras jamás escrito.

Fugaz e inmortal, por Nativel Preciado

Fugaz e inmortal, por Nativel Preciado

Noviembre es muy especial para mí, no solo porque en él nací hace un montón de años, sino porque es el mes de los que ya no están. Las personas que más quiero han nacido o han muerto en ese período del año. Puedo hablar de los muertos apaciblemente, sin tristeza ni desasosiego, porque ha pasado el tiempo necesario para que ya no me duela tanto su ausencia. Al principio, no me entraba en la cabeza que no estuvieran en algunaparte. Lo razonable eracreer que, antes o después, los encontraría en cualquier lugar.