Alegría podría ser el nombre de la vida compartida entre todos. Abril destila primavera y nos impone su alegría, y abril todo lo vivifica: el paisaje y los cuerpos.
Pero hay que saber sobre la alegría:
Alegría es una composición poética que se suele utilizar en el cante.
Alegría es una emoción que se expresa en gestos y palabras. La alegría se opone la tristeza, la persigue y la vence. Se impone en la risa y en las lágrimas, aniquila lo triste y lo oscuro estallando en colores.
Abril sin duda es el mes de la alegría porque deja atrás el frío y lo gris, el abrigo y la nieve. Comienza ahora el florecimiento, pues se abren las flores y la tierra; como también se expone ya más cuerpo sin tanta ropa y hasta el verde de las plantas adquiere un tinte más claro y brillante.
También nosotros florecemos al ritmo de la temperatura y de otra luz solar más caliente, porque algo ronda llamando a nuestro pecho y sube hasta los labios y los ojos: es la alegría de abril que late en cada vena, desde los pies a la cabeza. Nos inunda la alegría de estar vivos, de amar y ser amados, de ver cómo brotan los esquejes y aparecen los capullos y alrededor se celebra el paseo, el sol en las terrazas, los primeros baños en el mar.
Saber más de la alegría:
La alegría de vivir (1906) es un cuadro de Heri Matisse, inscrita en el fauvismo, que representa un grupo de personas haciendo tareas placenteras, como bailar o enamorarse.
Alegría es el título de un libro de poemas de José Hierro, publicado en 1947.
Alegría también es un libro de autoayuda escrito por Álex Rovira Celma y Francesc Miralles.
La ciudad de la alegría (Roland Joffé, 1992) es una película basada en la novela homónima de Dominique Lapierre, que retrata las miserables condiciones de vida de los pobres de la India.
Saber de la primavera:
Los científicos estudian por qué ese dicho popular: “La primavera la sangre altera”, y han descubierto indicios de verdad atendiendo a razones de investigación científica.
Los días se alargan, más sol produce vitamina D, con lo cual el cuerpo libera endorfinas y serotonina, que reducen el nivel de estrés y la ansiedad, y por tanto aumentan el buen humor y el deseo. También cambia la alimentación con platos más ligeros sin tantas calorías invernales. Y además frutas y verduras alcanzan en estas fechas su nivel óptimo de maduración.
Y es cierto, a la gente se la ve más, es decir, expone más carne y más forma en sus líneas corporales. Por eso amamos más y mejor precisamente en primavera. Y por eso estamos más alegres. Y por eso el deseo.
Se suceden las celebraciones y la cultura en torno a esta emoción que solo la entendemos en toda su dimensión cuando es muy personal y la sentimos, porque como escribió Pablo Neruda: “Yo tengo la alegría duradera del mástil, / la herencia de los bosques, el viento del camino / y un día decidido bajo la luz terrestre”.