“Cuando deje de tener pasión por la escritura, cuando no consiga hacer vivir a un poema, dejaré de escribir”, esto es lo que respondió Ángeles Mora hace un año al diario El País cuando le preguntaron hacia dónde caminaba su poesía.
La poeta y escritora cordobesa comenzó a publicar en 1982, con su libro Pensando que el camino iba derecho, título tomado de un verso de Garcilaso de la Vega. Desde entonces no ha parado de investigar y varios reconocimientos importantes avalan su trayectoria: el Premio Nacional de la Crítica en Poesía y el Premio Nacional de Poesía en España.
En 1980 Ángeles Mora comienza a vivir en Granada, lugar en el que se licenció en Filosofía y Letras y en el que ahora es presidenta de la Asociación de Mujer y Literatura Verso libre. También es miembro de la Academia de Buenas Letras de Granada y en la misma ciudad ha sido profesora de Lengua y Literatura Española en el centro de Lenguas Modernas de la universidad y ha escrito para el periódico Granada Hoy.
En 2001 obtiene el premio Ciudad de Melilla con su libro Contradicciones, pájaros. Casi una década antes, en 1990, obtuvo el Premio Rafael Alberti con su primera recapitulación literaria, La guerra de los treinta años. Aunque muchos son los títulos que conforman su obra, destacamos algunos de sus obras que son de gran importancia como Antología poética (1982-1995) en edición de Luis Muñoz y ¿Las mujeres son mágicas? (2000), introducida por Miguel Ángel García.
El año pasado ocurrió algo insólito, ya que esta escritora, crítica literaria y poeta recibió a la vez por su libro Ficciones para una biografía (Bartleby Editores) el Premio de la Crítica y el Premio Nacional de Poesía. Este último “por su capacidad de expresar con gran vigor poético la articulación entre la verdad del sentimiento, doliente o luminoso, y el fingimiento de la voz lírica”. Sendos reconocimientos muy importantes. La voz y la mirada de Ángeles Mora destacan por plasmar en su literatura una crítica social, sobre todo centrada en la situación de desigualdad que aún existe para las mujeres.
Tenemos la suerte de contar con la prosa de Ángeles Mora para nuestro almanaque del mes de septiembre, mes en el que celebramos el ciclo de la belleza. “Hablar de belleza en abstracto es como hablar de amor en abstracto. ¿Existe el amor, existe la belleza? Sabemos que existe el amor porque nos enamoramos, sabemos que existe la belleza porque gozamos, nos emocionamos con la contemplación de una obra de arte, de un paisaje, de una noche de luna, de un cielo lleno de estrellas. No sabemos lo que es el amor, lo sentimos. No sabemos lo que es la belleza, la percibimos a través de nuestros sentidos: nos conmueve, nos sosiega y nos excita al mismo tiempo, nos despierta y nos apacigua, nos apasiona y nos llena de calma.