Hay inviernos que se presentan especialmente fríos. Solemos proteger a nuestra piel del calor abrasador del verano y, con la pereza que trae el frío, desatendemos los tratamientos específicos que requiere el invierno. Pero nuestro órgano más extenso también necesita que lo cuidemos de las inclemencias que trae el frío.
La piel es uno de los órganos que más nota el peso de los agobios de todo el año. Las prisas, el estrés, comer rápido y mal, dormir menos horas de las debidas… Nuestra piel es un lienzo que habla de nuestros hábitos, que en estos tiempos no suelen ser los mejores. Te damos cinco claves para protegerla durante esta estación.
Cuidado con la calefacción: pensamos que la piel solo se reseca con el sol del verano y nos olvidamos que en invierno, para luchar contra el frío, nos resguardamos en calefacciones, estufas y demás remedios emisores de calor. Intenta evitar estar todo el día bajo las ráfagas de aire seco que hacen tu piel se reseque aún más. Utiliza como aliado un humidificador, para poder mantener cierta humedad en el aire.
Limpieza y rutinas efectivas: es recomendable limpiar la piel dos veces al día para prepararla bien para los productos de nuestra rutina facial diaria que luego aplicaremos. Es recomendable usar productos sin jabón y retirarlos con agua tibia. Aunque sea difícil es importante no abusar de las duchas de agua excesivamente calientes. Si durante el verano buscamos lociones ligeras, elige cremas más untuosas durante el invierno. Las elaboradas a base de aceites son muy recomendables porque aportan más hidratación a la piel.
Empieza por tu alimentación: la vitamina C, la fibra, los antioxidantes y el Omega 3 serán buenos compañeros durante esta época del año. Zumos de naranja, semillas de lino, nueces, salvado de avena, frutos rojos… La piel no solo se hidrata por fuera, también muestra cómo está según la tratemos internamente. Así que una dieta saludable y variada será el espejo de lo que nuestra piel dirá de nosotros. Y, por supuesto, aunque suene a tópico, beber al menos dos litros de agua al día se notará en nuestra piel. Si te resulta complicado puedes tomarla en infusiones o sopas.
Las manos, cara y cuello: estas tres partes de nuestro cuerpo necesitan tratamiento extra. Protégelos con guantes, bufandas o pañuelos y cúbrelos con cremas. Los cambios de estación sin hidratación ni cuidados específicos pueden desembocar en sequedad de la piel. El frío produce deshidratación cutánea. Y, entre otras cosas, aumenta la capa de células muertas. E impide que se produzca la segregación sebácea. Que lubrica y nutre nuestra epidermis. Al quedar la piel seca puede devenir en líneas de expresión y arrugas.
Renueva tu piel: es importante que comencemos el año renovando nuestra piel. Para ello es básico que la liberemos de tóxinas y células muertas. Hammam Al Ándalus rescata de nuestros antepasados andalusíes una tradición de aseo, belleza y salud. Durante esta experiencia podrás limpiar, hidratar, tonificar y también renovar tu piel. Gracias al ritual kessa que, mediante el masaje purificante con guante de kessa y jabón de uva desprende todas las impurezas acumuladas durante semanas.