Una experiencia personal y por supuesto repetible.
Camino por la calle empedrada del Corregidor Luis de la Cerda, saliendo del Patio de los Naranjos de la Mezquita, hacia Hammam de Córdoba, muy cerca un lugar del otro. Viajo así de la historia antigua a la historia reciente que está recuperando la historia. Voy del agua al agua, es decir, de la ribera del río Guadalquivir a las aguas de los baños. El río queda detrás fluyendo como una letanía de vida y hasta de muerte, parte en dos la ciudad y parece ajeno al paso de los siglos, porque es testigo de mil generaciones.