Raku significa diversión o felicidad y es una técnica oriental tradicional de elaboración de cerámica utilitaria donde intervienen los cuatro elementos: tierra, agua, fuego y aire, para crear piezas únicas. Según la locutora de radio Julie Burstein, “el raku es una metáfora maravillosa del proceso creativo”, nuestro protagonista del mes de marzo.
“La creatividad es la capacidad de encontrar soluciones inteligentes y útiles a nuestros problemas diarios”, nos explica Elsa Punset en el programa Redes. A pesar de que de pequeños somos un torrente de creatividad, cuando vamos cumpliendo años tendemos a reprimir esta vorágine mental y creativa. La buena noticia es que podemos potenciarla.
Si tecleamos “creatividad” en la RAE nos topamos con dos acepciones: 1. Facultad de crear. 2. Capacidad de creación. Enfrentarse a la creatividad no es fácil. Puede ser estimulante, una carrera de fondo, un reto muy exigente… pero no es un proceso sencillo, ya que nuestro cerebro tiende a ser perezoso. Por eso, como nos suele pasar con el cuerpo, es muy útil entrenarlo. “La creatividad consiste en aportar herramientas para los soñadores, pero, aunque sea un talento innato al ser humano, necesita entrenamiento”, dice Robert Dilts, coach y experto en creatividad.
Walt Disney creó un concepto que deja a un lado a nuestro yo más realista y crítico, esa parte de nosotros que sabotea constantemente a nuestro yo más creativo. Se trata del rincón para soñar, un espacio que abraza a nuestro yo más soñador. Elsa Punset y Robert Dilts nos animan a construir nuestro propio “santuario” para soñar. Volver a funcionar como esos niños que dejan que su imaginación trascienda las normas establecidas y pasan de “lo que se espera de nosotros” a desplegar libremente unas alas curiosas y creativas.
En su charla TED: “4 lecciones de creatividad” Julie Burstein confiesa que “experiencia, desafío y limitaciones son cosas que tenemos que abrazar para que florezca la creatividad”. Pero hay un cuarto punto, el más difícil. “Hay que aceptar la pérdida, la experiencia humana más antigua y constante”. Esta locutora de radio que nos va mostrando lecciones de gente creativa, acaba su charla relacionando la creatividad con la resiliencia. Nos muestra uno de esos cuencos japoneses que al romperse fue arreglado, dejando sobresalir sus grietas con pintura dorada, resultando más hermoso que cuando no estaba roto. Las grietas en este recipiente son “como las historias que todos vivimos, surgen del ciclo de creación y destrucción, de control y liberación de juntar las piezas y hacer con ello algo nuevo”.
El ansia de nuevos conocimientos, querer implicarse en la creacíon de proyectos novedosos, encontrar oportunidades en las crisis, despertar nuestra curiosidad, ver belleza en la resiliencia, dar la mano a nuestro yo de tres años, observar más a los niños y aprender de ellos… Hacerle la zancadilla a nuestro yo más hermético y sabelotodo y cuestionárnoslo todo. Este mes es una buena oportunidad para dejarnos fluir por las aguas de la creatividad: diversas, abiertas, desafiantes, enriquecedoras, despiertas, libres, satisfactorias… No será fácil, pero merecerá la pena porque, como en la vida, ¿qué sería de los ciclos a los que vamos haciendo frente si no suponen a la vez un reto y un entretenimiento delicioso?