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El árbol de Tejo es uno de los árboles con mayor misterio para las civilizaciones antiguas. Siempre estuvo ligado al ámbito místico. En la actualidad, ya no pueblan los bosques como lo hacían en el pasado formando la llamada tejada.
El Tejo, un árbol de la vida y de la muerte es un conífero perenne, el cual fue asociado con el renacer y la vida larga.
Los seres humanos al darse cuenta de que las ramas del árbol de Tejo son capaces de echar raíces en la tierra formando nuevos troncos y pueden también hacerlo dentro de las cáscaras vacías de troncos pertenecientes a árboles viejos, le otorgaron el simbolismo de la resurrección y de la vida eterna.
Estos ejemplares pertenecen a las plantas gimnospermas, por lo tanto, el árbol de Tejo no produce frutos. Considerado una reliquia como especie, este árbol produce un falso fruto, el cual no es más que un componente carnoso de color rojo que protege la semilla, envolviéndola para resguardarla de muchas aves.
Una de las características más importantes del árbol de Tejo es su veneno, el cual ha sido utilizado desde siglos atrás. Su veneno que es un conjunto de alcaloides, lo convierte en tóxico ya que la taxina se encuentra por todo el árbol, menos en su falso fruto.
Los pobladores del norte de España, utilizaban su veneno en la antigüedad para suicidarse, en el momento de existir el riesgo de ser capturados en alguna batalla. Se tiene conocimiento sobre que las mujeres utilizaban este veneno como un método para el aborto.
Lo cierto es que gracias a los estudios de los últimos años, se ha descubierto que el veneno del árbol de Tejo es capaz de paralizar el corazón en raras ocasiones. El efecto principal es la taquicardia, dilatación de pupilas, dolores estomacales, diarreas, convulsiones y también inflamación del riñón y el hígado.
CREENCIAS SOBRE EL RENACER ESPIRITUAL
El árbol de Tejo estuvo asociado a los cementerios e iglesias, manteniendo su simbología de vida eterna. En muchos pueblos, se acostumbraba a plantarlo en la plaza principal del mismo, con el objetivo de celebrar los consejos abiertos en los que se tomaban las decisiones importantes por parte de sus habitantes.
Al ser perenne el árbol de Tejo y gracias también a su porte y longevidad, se puede identificar desde largas distancias y por ello, utilizado como marca de frontera o lugar de reuniones.
En el mundo celta fue un árbol admirado y se le consideraba como un importante testigo del mundo.
En la cristianización, se continuó admirando y venerando. En esta época pasó de considerarse muerte y reencarnación, a ser un símbolo de muerte y resurrección como un renacer espiritual.
En algunos lugares se considera al árbol de Tejo como unas de los primeros “templos” utilizados, ya que las personas se reunían alrededor de este árbol sagrado con el fin de estar en contacto con el campo espiritual que lo rodeaba.
Por último, queremos comentar una de las tantas teorías que existen sobre la expresión tirar los tejos. Una de las más aceptadas, es la que mantiene Ignacio Abella: la mejor versión es que, como una manera de adivinación en países nórdicos, se usaban unas cazoletas de madera de tejo. Se tiraban los tejos y era una forma de augurio, casi siempre de amor.
