Hasta el nombre de las calles es lorquiano en Granada. Pasear por esta ciudad, coronada por la Alhambra, constituye un acto solemne, si tenemos en cuenta cuántas culturas pusieron su grano de arena para que su belleza sea hoy tan intensa. Esto se intensifica cuando recordamos a todos los artistas que en algún momento la hicieron su musa. Y, de repente, en nuestro camino, al mirar hacia arriba, descubrimos nombres de travesías, que más nos podrían recordar a un fragmento de una canción flamenca o a un poema escrito en alguno de sus miradores, que a una avenida común de cualquier localidad. Caminar por esta ciudad nuestra tiene mucho de onírico. Hemos recopilado algunos ejemplos que lo demuestran.
Calle Duende
Duende, dícese de la cualidad o don que algunas personas tienen para llevar a cabo algunas artes relacionadas con el flamenco. Poner el alma en el baile, el cante, el toque de las palmas o la guitarra… El flamenco está muy presente en barrios granadinos tan característicos como el Sacromonte o el Albaicín. Sin embargo, esta calle no se encuentra en ninguno de estos dos lugares, sino en pleno centro de Granada, en la zona de Puerta Real.
Calle Beso
Hay muchos tipos de besos y al pasear por esta calle perteneciente al Albaicín y cercana a Plaza Nueva, la imaginación nos traslada a esos ósculos apasionados y románticos que esconden historias de novela del siglo XIX. Sin embargo, la leyenda escondida tras este nombre tiene que ver con un beso de una madre a su hija. Parece que esta falleció mientras dormía, pocos días antes de su boda y su progenitora, desconsolada, se fue a despedir de ella con un beso de despedida que la devolvió a la vida. Hay teorías que dicen que más que un milagro se trató de un episodio de catalepsia, pero los vecinos apostaron por el amor de la madre como efecto resucitador.
Calle Milagro
Pasear por Granada ya es para muchos un milagro, ya que la belleza de la ciudad asombra y abruma a muchos de sus visitantes. No hay una teoría sobre el origen del nombre de esta calle situada en plena Puerta Real, pero su propia grafía es poética.
Calle Yerma
Así se llama una de las obras de teatro más famosas y universales de Federico García Lorca. Como suele ser habitual en sus trabajos, Yerma es una tragedia de las que dejan marcado el corazón tras su lectura o visionado. El poeta y dramaturgo se movía como pez en el agua en los dramas rurales de teatro. Otros ejemplos de este género fueron Bodas de Sangre o La Casa de Bernarda Alba. En todas retrata a mujeres cuya voz está oprimida. Yerma trata la esterilidad y la fecundidad. Esta calle se encuentra en el barrio del Zaidín, situado a las afueras de Granada.
Calle Niños Luchando
Este nombre, más que destacar por su poética, sorprende por su originalidad. Esta calle está situada en pleno centro de Granada, muy cerca de calle San Jerónimo. Aunque no hay una teoría certera, según leemos en Granada Magazine, existe un ensayo firmado por Julio Belza y Ruiz de la Fuente en el que se afirma que la historia tiene su origen en una habitación de una casa de esta calle siglos atrás. En ella jugaban dos niños que arremetieron contra un tabique endeble y viejo, que se vino abajo mientras seguían divirtiéndose. El padre de ambos mandó a construir un bajorrelieve de mármol con la imagen de dos niños peleando y lo colocó en la fachada de la casa. Aunque no existe certeza de que existiera, este curioso nombre acabó bautizando esta vía granadina.
Paseo de los tristes
Está considerada como una de las calles más bonitas del mundo. Popularmente todo el mundo la conoce como Paseo de los Tristes, pero en la placa que bautiza a esta vía podemos leer paseo del Padre Manjón. Su nombre viene de que en su día fue el paseo por el que pasaban los cortejos fúnebres que iban hacia el cementerio, ubicado junto a la Alhambra.