En este blog ya hemos escrito sobre las múltiples ventajas que tiene para nuestra vida utilizar el lenguaje positivo. Hoy queremos hablarte de las emociones positivas: cuáles son las más importantes y cómo nos transforman. Según la psicóloga social y gurú de la psicología positiva, Barbara Fredrickson, son capaces “de desarrollar la creatividad y de aumentar la satisfacción y el compromiso”, entre otros muchas cosas.
La ciencia es maravillosa y todavía nos sorprenden algunos estudios sobre los increíbles beneficios que tiene para nosotros la positividad. Barbara Fredrickson escribió el Modelo de la ampliación y de la construcción, un estudio que argumenta el cometido de las emociones positivas y el de las emociones negativas.
Ambas son importantes. Solo que las emociones negativas actúan de forma inmediata: reaccionar con alerta ante una situación de peligro para nuestra supervivencia, por ejemplo. Las emociones positivas son herramientas para usar más a largo plazo: amplían las tendencias de pensamiento y acción; nos permiten crear recursos que podemos usar en situaciones difíciles de nuestra vida; y todo esto transforma a la persona de una manera asombrosa: nos volvemos más creativos, nos integramos mejor socialmente, generamos más resiliencia, tenemos mejores rendimientos académicos… Todo esto nos lleva a experimentar nuevas emociones positivas.
Según Barbara Fredrickson las emociones positivas también pueden provocar cambios en la actividad cognitiva. Sin embargo, hay muchos más estudios sobre las emociones negativas que sobre las emociones positivas. Esto no ha impedido que se desarrollen afirmaciones y teorías concretas. Para esta psicóloga hay diez emociones positivas.
- Alegría. Esta emoción nos hace sentir los colores más claros, sonreímos, disfrutamos… solemos experimentarla cuando estamos con los nuestros y nos sentimos seguros. No queremos que ese momento acabe nunca.
- Gratitud. Cuando la experimentamos, queremos agradecer de manera sincera y desinteresada a alguien lo que ha hecho por nosotros. Es una emoción muy cercana a la alegría que abre nuestros corazones.
- Serenidad. No hay nada que nos preocupe o aceche. También se parece a la alegría o la gratitud. Cuando la experimentamos estamos relajados, en un lugar seguro.
- Interés. Siempre hay algo que nos provoca curiosidad. Estos retos nos mantienen despiertos, queremos bucear en este nuevo campo y enfrentarnos a nuevos retos, por lo que fortalecemos nuestras habilidades.
- Esperanza. Ya sabemos que la esperanza es lo último que se pierde. Por eso experimentamos esta emoción cuando las cosas no van del todo bien. Acudimos a ella para mantenernos en pie y no rendirnos. Sacamos energía de donde no la hay.
- Orgullo. Esta emoción tiene un extremo positivo porque gracias a ella reivindicamos nuestros logros después de un esfuerzo. El otro extremo está relacionado con lo negativo de los pecados capitales. Lo ideal es combinarla con la humildad.
- Diversión. Siempre hay algo que nos hace reír y nos encanta compartir esta emoción con los demás porque somos seres sociales y la diversión también lo es.
- Inspiración. Lo que nos inspira también nos motiva y hace florecer nuestra imaginación y faceta creativa. Nos pueden inspirar personas y también cosas como obras de arte.
- Asombro. ¿Qué te deja boquiabierto porque es más grande que tu misma existencia? A menudo la naturaleza nos asombra con sus fenómenos astronómicos: una lluvia de estrellas, disfrutar de un eclipse… Esta emoción es muy estimulante y nos recarga de energía.
- Amor. Y si dicen que mueve al mundo, ¿cómo iba a faltar en esta lista? El amor reúne a todas las emociones anteriores. Biológicamente aumenta nuestra oxitocina y progesterona, por lo que nos sentimos bien, más positivos. Esto hace que repercuta positivamente sobre nuestra salud y calidad de vida.