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La hidrofobia es un temor frecuente en los niños pero, por fortuna, se puede superar con las pautas adecuadas. Conoce con Hammam qué ejercicios para perder el miedo al agua pueden ayudar a tu hijo a cogerle el gusto a la playa y la piscina.
¿Por qué algunos niños temen al agua?
La hidrofobia es bastante habitual en la infancia. Por lo general, surge por una inseguridad ante algo desconocido, ya que el medio acuático no es el entorno natural del ser humano.
En ello influyen diferentes factores, como el cambio de temperatura, la profundidad, el ruido, el movimiento, etc.
Pero el miedo al agua también puede tener su origen en algún episodio traumático como una caída al agua o el hecho de haber visto a otros niños con miedo en el agua.
Cómo perder el miedo al agua
La buena noticia es que perder el miedo al agua es posible. Sólo hay que tener paciencia y aplicar, poco a poco, algunas medidas que ayuden a que los más pequeños se encuentren cada vez más cómodos. ¿Cómo perder el miedo al agua para aprender a nadar?
- Mostrar empatía y comprensión. Aceptar que los niños pueden sentir miedo al agua y, en lugar de avergonzarles, hacerles ver que ese temor no tiene importancia.
- Acompañar y proteger. Sentir la seguridad del contacto físico con un adulto es fundamental. A veces basta con abrazarlos para meterse en el agua.
- Afrontarlo cuanto antes. Enfrentarse a la situación lo antes posible es la forma correcta de erradicar esa conducta. Si se va dejando, el problema irá creciendo.
- Crear momentos divertidos. Captar su atención y motivarle con juegos en los que participen otros niños, como sus hermanos o primos, hará que tenga ganas de participar también.
- No forzar. Las típicas ‘ahogadillas’ de imprevisto contribuyen a todo lo contrario que se busca y aumentarán sus temores.
- Buscar ayuda profesional. En caso de que el problema no se solucione, un psicólogo puede ofrecer la orientación necesaria para resolverlo. Hay prácticas de relajación con niños que pueden resultar de gran ayuda.
Mejores juegos para perder el miedo al agua
Una buena manera de acabar con la hidrofobia es hacer que el agua sea divertida. ¿Cómo perder el miedo a saltar al agua y nadar? Aquí tienes algunos juegos que pueden ser efectivos:
- Circuitos. Dependiendo de la edad, la distancia será más o menos grande. Solamente tienes que elegir un punto de inicio y otro final. Y el niño tendrá que trasladar algún objeto de un punto a otro. Preferiblemente, un objeto de goma de los que se utilizan para el baño. Ve sumando dificultad. Primero, con flotador y en zonas que haga suficiente pie. Y, a partir de ahí, complicar sus retos.
- Tiburón. Con el flotador o burbuja puesto, el niño deberá intentar cogerte. Empieza colocándote cerca y, poco a poco, incrementa las distancias y la profundidad, hasta que coja confianza. Con el tiempo, puedes enseñarle a meter la cabeza en el agua para hacer este juego, pero sin forzar.
- La pesca. Consiste en colocar varios objetos flotando en diferentes puntos de la piscina. Tendrá que ‘pescarlos’ y llevarlos hasta un cubo. El desafío es que los reúna todos. Intenta ponérselo fácil al principio y, cuando vaya sintiéndose con más comodidad, coloca los objetos más lejos o en la zona más profunda. La segunda fase de este juego puede consistir en colocar esos objetos en el fondo, así también aprenderá a bucear casi sin darse cuenta.
Con estos juegos para perder el miedo al agua, poco a poco aprenderá a nadar y a desenvolverse sin tu ayuda. Ya sabes lo importante que es, por su seguridad, que aprenda a nadar lo antes posible.