No hay nada más castizo que llamarse Almudena, nombre propio de mujer de origen árabe, que tiene su origen en el diminutivo de ciudad, madina, y significa ciudadela. Almudena es también la patrona de Madrid y, como corresponde, una de sus festividades más importantes. Toma nota para tener un puente inolvidable el próximo 9 de noviembre.
Somos agua. Aunque las sensaciones empatan en protagonismo. El agua es el principal ingrediente en nuestra visita al hammam. Cuando llegamos al mundo, lo hacemos envueltos en una bolsa de líquido amniótico. Y durante el resto de nuestra existencia, nuestro principal cometido será fluir por la vida.
¿Quién querría ir a un lugar en el que la relajación, la belleza, la salud y los sentidos son los protagonistas? ¡Ni se te ocurra aparecer por ahí!
Se ha acabado el verano. La ciudad, con el inminente cambio de estación, trae promesas de frío, prisas y rutinas grises. Y sus habitantes tienden a dejarse llevar por los resoplidos y las apatías. Onomatopeyas largas acompañadas de gestos tediosos. ‘Buuufff’, ‘Uuuuuffff’. “¡Qué pereza!” ¿Por qué siempre nos olvidamos de que lo mejor siempre está por llegar? ¿Y de que se esconde en los gestos más pequeños?
Septiembre ambiguo, que juega, interior. Sus días corren rápidos y, sin embargo, sus horas pasan lentas. Saboreando cada atardecer, los últimos del verano, que pasan y se acaban. Septiembre abre sitio a la belleza, a la que nos rodea y que contiene cada instante. La que nos es propia y de cada uno. Deja espacio a nuestra belleza interior.
La cara es el espejo del alma. Y decía Aristóteles que “el alma es aquello por lo que vivimos, sentimos y pensamos”. A veces se nos olvida y nos abandonamos a las rutinas de las prisas. Dejamos de cuidarnos. Es tan sencillo como descubrir qué es bueno para nuestra piel y hacer de estos pequeños consejos rutinas.
Hubo un tiempo en el que Europa estaba sumergida en un oscurantismo alejado de ciencias y conocimiento. Gracias a los árabes, el misterio y la magia de galaxias y estrellas lejanas nos fue traído a un plano más próximo. Incluso se construyeron las llamadas tablas astronómicas, donde se recogía el movimiento y posición exacta de los cuerpos celestes. Siglos después continuamos celebrando este ritual de saber y belleza con las Astronoches de Hammam Al Ándalus.