Vivir es un verbo de recovecos complejos y extensiones inabarcables. No caben los resúmenes sencillos cuando se trata de hablar de forma concisa de la existencia de uno mismo. Todo cambia cuando hablamos de la esencia que nos define; de la balanza que equilibra todas las veces que nos hemos llenado de risas y vivencias. Llega diciembre y sacamos la brújula para comprobar que no estamos perdidos, que hemos vivido, que seguimos viviendo… Que seguiremos intensamente mientras podamos.
Estamos a punto de cerrar otro año. El torbellino de rituales navideños nos atrapa. Y danzamos bajo su batuta casi sin darnos cuenta, como hipnotizados. Es una coreografía heredada generación tras generación. Lo hacían nuestros bisabuelos, nuestros abuelos. Y nuestros padres y tíos también… Y lo hacemos nosotros con todo el amor del mundo. Pero cuando todo acaba estamos agotados, casi exhaustos. En el momento en el que seguimos con nuestras rutinas. Lo hacemos con una sonrisa. Pero también con una sospecha interna, ¿podríamos haberlo hecho de otra manera?
¿Qué es esto del Black Friday? ¿De dónde viene? ¿Por qué se llama así? Son las preguntas que inicialmente todos nos hacemos. Esta celebración comercial, cada año más activa en nuestras ciudades, puede ser una fórmula muy interesante para nuestros bolsillos, aunque suponga un día intenso de compras, nervios y cansancio. Para esto último está especialmente diseñada nuestra promoción del próximo Viernes Negro. Además de para adelantar los regalos de navidad al mejor precio,
Noviembre está el penúltimo de la fila. Decae el año y nos acordamos de los que ya no están. La irremediable pena da paso a la alegría de saber que un día compartimos sueños con ellos. La vida es un trote hermoso que se precipita a su final en cualquier momento. Pero ese colofón que cierra no debe frenarnos a vivir intensamente cada momento de esta bella existencia.
No son milagros, propuestas ingenuas o imposibles. Solo son sencillos hábitos que al principio te traerán de cabeza, pero que después, al aplicarlos, a tu rutina, harán que tu vida sea mucho mejor. Hoy cuesta, pero mañana merecerá la pena. ¡Así que empieza cuanto antes!
Un mar de prisas y preocupaciones acapara nuestros días. A veces estas son más pequeñas de lo que parecen, pero tendemos a hacerlas grandes y acaban por instalarse en nuestra espaldas o cabezas, llegando a adquirir incluso densidad y peso. En vez de admirar todo lo que nos envuelve, nos perdemos en pantallas de móviles y tablets. Párate, respira y mira a tu alrededor. Somos partes minúsculas de un universo infinito que ofrece belleza e inmensidad, incluso en los gestos más pequeños.
Ocho ediciones lleva ya el Torneo de Ajedrez en el Agua. Desde sus primeras convocatorias viene haciendo las delicias de los aficionados al ajedrez que se acercan a nuestros baños para tener una experiencia completamente distinta a la de los habituales torneos y también muy diferente de un relajante baño árabe en nuestras instalaciones. Este año hemos preparado un trofeo a nuestra imagen, que surge de nuestra esencia y que simboliza algo muy especial: Que el adalid del torneo se lleve a casa parte de nosotros.