Hay días en los que tenemos la sensación de no poder con todo y, en muchos casos, somos nosotros mismos los responsables porque aceptamos cargar con las obligaciones que no nos corresponden o que suponen un esfuerzo extra que podríamos haber evitado. Debemos aprender a decir no en algunos momentos para mejorar nuestro bienestar.

Esto no siempre tiene que ver con hacer una tarea que nos ha encargado otra persona sino también comprometernos con hacer algo que no nos apetece, ya sea recoger a un amigo en el gimnasio o asistir a una fiesta cuando preferiríamos quedarnos en casa.

 

Da igual la situación. ¿Por qué nos cuesta tanto a veces dar un no por respuesta? ¿Cómo aprender a decir no? Hoy en Hammam te ayudamos a hacer ese ejercicio.

¿Por qué es importante saber decir no?

La asertividad es clave para nuestra autoestima. Pero, para ello, debemos aprender a poner límites, a decir que no.

 

Esto no siempre es sencillo porque, en ocasiones, queremos agradar a los demás, nos sentimos responsables de algo o damos importancia a la opinión de otros. ¿Pero qué pasa con nosotros? Saber decir no es importante por muchos motivos:

 

  • Potencia nuestra autoestima y la seguridad en nosotros mismos. Eso nos da sensación de libertad y confianza y nos ayuda a tomar nuestras propias decisiones.
  • Evita la manipulación, ese sentimiento de que alguien se está aprovechando de nosotros que, a la larga, nos provoca un rechazo hacia esa persona.
  • Evita que nos impliquemos en cosas de las que luego nos arrepentiremos. No saber poner límites puede llevarnos a situaciones que vayan en contra de nuestros propios principios y que, por tanto, nos generan malestar con nosotros mismos. 

Cómo aprender a decir no sin sentirse culpable

¿Cómo aprender a decir no sin sentir culpa? Existen ejercicios que podemos poner en práctica para, poco a poco, aprender a decir que no sin sentirnos culpables:

 

  • Piensa bien en lo que supone responder que sí antes de dar una respuesta a alguien que te pide algo.
  • Pon en práctica lo de decir que no. Al principio te costará pero luego te sentirás mejor y los demás sabrán que no siempre vas a aceptar todo lo que ellos pidan.
  • Di que no con amabilidad. Así, si te preocupa la reacción de otra persona al negarte a algo, verás que tu negativa no supone ninguna molestia para ella.
  • Propón alguna alternativa. Cuando no te apetece un plan, una manera de decir que no es plantear algo que a ti te apetezca. Decir que no de esta manera te hará sentir menos incomodidad.
  • Sé firme con tus decisiones. Si dices que no, ¡no te dejes convencer! No te sientas en la obligación de cambiar de opinión y da prioridad a tus deseos.

 

Y, sobre todo, aprende a decir no sin dar explicaciones. Tu bienestar repercute directamente en tu salud mental y, por eso, decir que no de vez en cuando evitará que te preocupes o que dediques más tiempo del imprescindible a pensar en algo que no te apetece hacer o que no te resulta agradable.