Si todos hiciéramos diminutos gestos en nuestro día a día, daríamos una gran zancada hacia la sostenibilidad ambiental de nuestro planeta. Ya lo dijo el escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano. “Muchas personas pequeñas en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo”. En este post conocemos algunos consejos sencillos y divertidos para cuidar de nuestro planeta. ¡Las costumbres de nuestros abuelos vuelven a estar de moda!
Cada vez usamos más plásticos en nuestro día a día. Y una media de 8 millones de toneladas de este material llega a nuestros mares y océanos cada año. La calculadora de plásticos de Green Peace te ayuda a calcular cuál es la cantidad de plástico que usas al año. Y créenos, saberlo deprime bastante. Las directivas sobre residuos de la UE están siendo revisadas por los ministros europeos. Pero ecesitamos reducir urgentemente los residuos plásticos en nuestra vida.
Volver a la talega de pan de la época de nuestros abuelos
Nada de bolsas de plástico para comprar el pan. Ya que se van acumulando en nuestra casa sin ningún sentido. Es mucho más especial y sostenible recuperar las costumbres de nuestros abuelos y bisabuelos. ¡Ellos produjeron una huella ecológica más reducida que nosotros! Cuando la talega para el pan esté sucia, solo tendrás que lavarla. Ya que está hecha con tela y te durará muchos años.
A granel y libre de residuos
¿Qué es eso de comprar legumbres envasadas en vidrio o en plástico? ¿Dónde quedaron esas visitas al mercado reparadoras donde a cada paso descubres un color y un aroma nuevo? Frutos secos, cereales, harinas, semillas, café, tes… Hay muchos ingredientes que puedes encontrar libres de envases, solo tienes que buscar los lugares donde se venden en tu ciudad. ¡Y una cosa más! No olvides llevar contigo tus bolsas especiales para comprar a granel hechas de materiales reciclados de botellas usadas como el rpet. Son extrafuertes y te durarán toda una vida.
Comprar en tu barrio
Apoyar los negocios de tu barrio hace mucho por el medio ambiente también. Acércate a tu frutería de confianza y pregúntale de dónde vienen las hortalizas y las frutas que vas a comprar. Probablemente se trate de productos que se cultivan en la provincia donde vives o alrededores. La huella ecológica se reduce también dejando de comprar productos que vienen del otro lado del mundo. ¡No olvides llevarte tus propias bolsas de tela y, sobre todo, di no a las bolsas de plástico que te ofrezcan en el comercio!
Olvídate del agua embotellada
Britas, termos, cantimploras, filtros purificadores del agua… Imagina que compras una botella de agua al día y multiplícala por los 365 días del año… Casi 400 envases de plástico por habitante al año, como mínimo. Multiplicados por todos lo millones de personas que habitamos el mundo… son muchos envases. España es el quinto país de Europa que más agua embotellada consume. Según un informe de la Federación Europea de Aguas Envasadas. Hay muchas técnicas sostenibles y asequibles para que el agua de nuestros grifos te resulte más atractiva: filtros de carbón activo, descalcificadores, sistemas de ósmosis inversa.
Di no a las pajitas ni a los cubiertos de usar y tirar
Algunos lugares como California han legislado para que los restaurantes solo pongan pajitas en las bebidas si el cliente lo pide, no como norma general. Grandes cadenas como Starbucks han anunciado que dejarán de usarlas en julio de 2020 en sus más de 28.000 tiendas por todo el mundo. Greenpeace difundió un informe en agosto de 2018 en el que se mostraba que en España se utilizan unas 4.745 millones de pajitas de plástico al año, que son unos 13 millones de estos utensilios de un solo uso al día. Demasiados residuos. Menos mal que supermercados como Lidl han anunciado que dejarán de vender estos artículos como pajitas, cubiertos de plástico o bastoncillos de algodón en 2019.
Hazte con un kit de higiene personal sostenible
Champús sólidos, pastillas de jabón, discos desmaquillantes reutilizables, cepillos de dientes de bambú… hay muchas marcas de cosmética que son más conscientes del daño que pueden hacer los envases que usan para estos productos y han cambiado su política de empresa. Incluso hay personas que se fabrican sus propios geles, cremas faciales o dentífricos.