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Las salas de vapor no son solo espacios de misterio que nos envuelven para trasladarnos a un estado de calma. Desde el punto de vista de la salud física y espiritual, son muchos los beneficios de los baños de vapor. Conoce con Hammam Al Ándalus sus principales propiedades.
Los baños de vapor: una tradición de bienestar reinventada
Durante la época del Imperio Romano empezaron a extenderse los baños de vapor, espacios diseñados para la relajación y la purificación.
Con el paso del tiempo, estas salas han ido variando en las diferentes culturas, sin perder de vista su poder de sanación.
En la actualidad, existen baños de vapor naturales que se inspiran en los sistemas de manantiales que utilizaban los antiguos romanos. A través de tuberías y bombas se atrae el agua hasta las piscinas y, utilizando calentadores, se puede mantener la temperatura adecuada.
Todo ello permite conservar una tradición terapéutica, en la que los objetivos de renovación y rejuvenecimiento se alcanzan a través de un estado de calma que nos sirve para desintoxicarnos del día a día y recuperar la vitalidad.
Baño de vapor o sauna: ¿son lo mismo?
Aunque existen diferentes tipos de baños de vapor, el concepto es distinto al de sauna. Como hemos visto, el sistema de un baño de vapor requiere de tuberías, bombas y calentadores, mientras el vapor de la sauna se genera al verter agua sobre una estufa.
En los baños de vapor nos sumergimos en un calor húmedo, que relaja nuestro cuerpo con una sensación envolvente. En cambio, en la sauna nos envuelve un calor seco, que también aporta otros beneficios como la relajación muscular o la limpieza de la piel.
¿Qué es mejor: baño de vapor o sauna? Es una cuestión de preferencias pero también de cómo quieras sentirte. Ambas opciones tienen efectos calmantes pero la diferencia está en la presencia o no de humedad, lo cual puede aportar unos beneficios u otros.
Relajación y desintoxicación: beneficios de los baños de vapor
Al entrar en una sala de vapor nos adentramos en un espacio curativo con numerosos beneficios para nuestra salud y bienestar. El vapor es un aliado para la relajación y la desintoxicación, aportándonos numerosos beneficios.
Desintoxicación profunda del cuerpo a través del vapor
Uno de los principales beneficios de los baños de vapor es que contribuyen a la desintoxicación del organismo. La combinación de calor y humedad nos hace sudar, lo que permite la eliminación de toxinas a través de la piel, haciendo que esta luzca más limpia y resplandeciente.
Por los efectos del calor, además, nuestro poros se dilatan, permitiendo una limpieza en profundidad. Así luciremos una piel libre de impurezas y puntos negros y evitaremos la aparición de acné.
Igualmente, eliminaremos bacterias de nuestra piel, por lo que la tendremos más hidratada y podremos prevenir infecciones.
Además, al permitir una mayor oxigenación y revitalización de los tejidos, podemos retrasar el envejecimiento de la piel, por lo que también podemos hablar de una acción antioxidante del vapor sobre nuestra piel.
Alivio del estrés y relajación muscular
Cuando nos sumergimos en un baño de vapor logramos reducir nuestros niveles de cortisol. Eso genera una sensación de descanso en nuestro cuerpo. A nivel físico, esto se traduce en una relajación muscular, lo cual reduce la tensión y la ansiedad.
Al lograr ese estado de calma profundo también conciliamos mejor nuestro sueño y, en consecuencia, la calidad de nuestro descanso diario.
En definitiva, otro de los beneficios de los baños de vapor es la relajación muscular y el alivio del estrés y la ansiedad.
Mejora de la circulación
Los baños de vapor ayudan a disminuir la presión sanguínea, mejorando nuestra circulación. Por eso, a la larga podemos mejorar problemas de hipertensión o cardíacos, ya que energizamos nuestro flujo sanguíneo.
No obstante, es importante que los pacientes con problemas cardiovasculares y del corazón consulten a su médico sobre las posibles contraindicaciones, ya que las condiciones de calor y humedad de las salas de vapor no son favorables en todos los casos. Por ejemplo: embarazadas, ancianos, personas con hipertensión o cardiopatías, etc.
Limpian las vías respiratorias y oxigenan el cuerpo
Por último, aunque es uno de los principales beneficios de los baños de vapor, esta terapia ayuda a desbloquear nuestro sistema bronquial, lo que mejora la respiración y humedece el tracto respiratorio, aliviando los síntomas del resfriado, la tos, la sinusitis o la bronquitis.
A largo plazo, por tanto, podemos reducir también los efectos del asma o las alergias y aumentaremos los niveles de oxígeno en el organismo.
Una nube de sensaciones
Tras el suave abrazo del vapor, la piel respira, el cuerpo se siente ligero y la mente se desliza en un estado de calma profunda. La sala de vapor del Hammam, con su calor envolvente y húmedo, actúa como un manto que abre los poros y despeja las tensiones acumuladas. Pero el verdadero placer nace al complementar esta experiencia con las termas a diferentes temperaturas.
Al salir del vapor, el contraste con las aguas templadas te devuelve poco a poco al presente, como un susurro suave que acaricia la piel. Luego, el calor de las termas cálidas relaja los músculos, dejando que el cuerpo se disuelva en un mar de tranquilidad. Y, finalmente, la inmersión en el agua fría despierta los sentidos con un toque revitalizante, cerrando el ciclo con una chispa de energía que se siente hasta en lo más profundo.
Es en este juego entre el vapor y las aguas donde el cuerpo encuentra su equilibrio, donde lo cálido y lo frío se entrelazan en un baile sensorial que transforma cada respiro en una experiencia de pura renovación.