Durante el año se dan un centenar de ocasiones en las que nos enfrentamos a la tarea de buscar un regalo. Cumpleaños, Navidades, aniversarios, emprendimientos, finales de etapa… Un buen obsequio tiene que ser especial, congeniar con la persona homenajeada y hablar un poco de nosotros mismos también. Y, como decía Emily Dickinson, “para viajar lejos, no hay mejor nave que los libros”
¿Qué regalo guarda mil presentes en uno solo? Una dádiva donde puedan caber aventuras, viajes, carcajadas, despedidas, adrenalina, paseos en bici, besos, veranos o historias de países lejanos. Según la ciencia, leer mejora la empatía, la comprensión y las capacidades mentales. Es un estímulo que mantiene a nuestro cerebro entrenado. Dicen que no somos verdaderamente viejos hasta que no sentimos que hemos dejado de aprender cosas nuevas. Y hasta que llega ese momento, refugiarse en un un libro nos salva de los vacíos.
Un sueño entre las manos
Un regalo que nos ayuda a desconectar de todo y al mismo tiempo nos conecta con nosotros mismo. También ayuda a potenciar la concentración y favorece a la empatía. Y ofrece nuevos horizontes, además de amplía nuestras miras. Por supuesto, tiene el poder de que olamos fragancias y paladeemos sabores, con solo cerrar los ojos. Además de ampliar la imaginación y modificar de manera positiva nuestro cerebro. Todo esto y mucho más cabe en las páginas de un libro. “Un libro es un sueño que usted tiene en sus manos”, escribió Neil Gaiman.
Ni un día sin leer una línea
Las posibilidades son infinitas. Podemos regalar nuestros libros favoritos, con la esperanza de trasladar a quién lo recibe las sensaciones que nosotros vivimos cuando lo leímos. Podemos decantarnos por el último ejemplar de su autor o autora favorita; o quizá por una edición especial de uno antiguo. Podemos jugárnosla con uno de esos best sellers que acaban conquistando masivamente el corazón de los lectores. Y siempre estaremos regalando vida porque, como dijo George R.R. Martin, “un lector vive mil vidas antes de morir. La persona que nunca lee vive solamente una”.
Según Ángel Gabilondo, los grecolatinos convirtieron ese pasatiempo en un ejercicio y los romanos fueron los responsables de la frase “nulla dies sine linea” (ni un día sin leer una línea). Un libro es un compañero infalible en decenas de situaciones. Antes de ir a dormir; en el metro o en el autobús; en una cafetería mientras esperamos a alguien; durante una tarde de sofá y manta de fin de semana; en el transcurso de unas vacaciones en el mar mientras tomamos el sol… No hay compañero más fiel que un libro y, sin embargo, las nuevas tecnologías hacen que se nos olvide y sustituyamos las hojas por la inmediatez de las redes sociales.
Regala la posibilidad de otra vida
No importa que sean libros de papel o digitales; de segunda mano o de los que huelen a nuevo y te recuerdan a tu época de estudiante; versiones de bolsillo o de las que cuidan hasta el último detalle; muy caros o muy baratos… “La lectura es el único instrumento que tiene el cerebro para progresar, nos da alimento que hace vivir al cerebro”, dijo el escritor Emili Teixidor. Por eso, regalar libros es regalar la posibilidad de otra vida, un pálpito en el corazón, un ataque de risa, algunos años más de vida y el refuerzo de la memoria. Y, ¿quién no querría un amigo que le regalara todas esas cosas?