¿Dónde está el aura que a veces nos falta? ¿Dónde el valor, la valentía, el vigor físico que nos cede fortaleza? ¿Dónde la solidez y la firmeza del alma para no perder el norte de las ambiciones y la justicia, sin perder la ética entre lo que queremos y lo justo?
Aquí la fuerza, y en todo su energía, en ejemplos incuestionables:
La fuerza vibrante de un allegro en los conciertos para violín y orquesta de Las cuatro estaciones de Vivaldi (1725). O la fuerza aromática del agua del Hammam sembrando proyectos. Y la fuerza pequeña de un niño que porta su mochila hasta la escuela. O la fuerza libertaria de Espartaco dirigiendo la rebelión de los esclavos romanos contra el Imperio.