Contenidos
El ser humano siempre ha buscado su cuidado y belleza personal para sentirse mejor por dentro y por fuera. Desde la Antigüedad hasta nuestros días, la naturaleza ha sido un elemento fundamental en la cosmética y belleza de cada civilización. Ya en el antiguo Egipto se llevaban a cabo diferentes prácticas cosméticas elaboradas con compuestos y elementos como incienso, aceite, sal, cera o polvo de alabastro.
En El Jardín de Hammam recuperamos la esencia de aquella cosmética natural y la combinamos con los tratamientos y técnicas más vanguardistas para ofrecer un bienestar completo. La línea de productos de cosmética natural y bienestar personal de Hammam Al Ándalus ofrece un fiel compromiso de bienestar, equilibrio y salud, tanto para las personas como para el planeta, como demuestra la certificación CAAE bajo el estándar de cosmética COSMOS NATURAL.
La historia de la cosmética natural
La civilización egipcia parece ser el comienzo de las prácticas cosméticas que fueron copiadas en civilizaciones posteriores. De hecho, se han llegado a encontrar recipientes cosméticos en tumbas que datan, aproximadamente, del año 3.500 a.C. Tanto hombres como mujeres utilizaban cosméticos para verse mejor por fuera y sentirse mejor por dentro. De hecho, se dice que Cleopatra se bañaba en leche de burra para conseguir una piel mucho más sedosa y suave. Más allá de este posible mito, sí está documentado el uso de la henna para teñir el pelo o el kohl para contornear la forma de los ojos, como algunas de las prácticas cosméticas más comunes en la civilización egipcia.
Si nos trasladamos a Asia, alrededor del año 3.000 a.C., hay registros que muestran el uso del polvo de arroz para cubrir y blanquear la piel del rostro de las mujeres. Esto nos da una idea de que, independientemente del ámbito geográfico, en la antigüedad las prácticas de cuidado personal estaban a la orden del día; eso sí, para aquellos estratos de la sociedad que podían permitírselo.
Más cerca de casa, los antiguos griegos fueron quienes difundieron el culto de la belleza y de la estética en su esfera de influencia. De hecho, tenían rutinas de bienestar en torno al ejercicio, los baños y el uso de aceites para hidratar la piel. Los romanos, siguiendo las costumbres de griegos y egipcios, popularizaron el uso de los baños públicos para exfoliar y perfumar la piel.
Si avanzamos en el tiempo, se cree que fue en la antigua Persia cuando se comenzó a usar el agua de rosas como tónico y la depilación con hilo. En Siria, hace aproximadamente 2.500 años, se fabricó el famoso jabón de Alepo, uno de los precursores de nuestros jabones actuales, como la pastilla de jabón Eco Poleo.
En la Edad Media, las mujeres nobles continuaron preocupándose por la belleza y salud de su cabello que lucía largo y brillante gracias al uso de aceites, algo que continuaría durante el Renacimiento, cuando las mujeres comenzaron a perseguir el cánon de belleza de piel blanca, cabello rubio y cuerpo con curvas.
Esos mismos cánones de belleza y rituales estéticos vuelven a cambiar con la llegada del siglo XVII y XVIII donde, tanto hombres como mujeres, buscaban exageraciones y extravagancias. Sin embargo, en el siglo XIX se apuesta por un efecto nude.
En la actualidad, en pleno siglo XXI y a pesar de la tendencia del siglo XX de utilizar cosméticos con productos químicos, surge la tendencia y la necesidad de la cosmética natural, libre de químicos y procesos poco naturales. Ahora, la cosmética natural y ecológica es la que prima en una sociedad donde la naturalidad también se transmite en el cuidado y culto al cuerpo.
La cosmética en la actualidad: apuesta por lo natural
La cosmética actual apuesta por lo natural, por una cosmética beneficiosa para el medioambiente y para cada persona. La cosmética natural es un movimiento que continúa al alza entre hombres y mujeres de todas las edades. De hecho, cada vez son más las personas que apuestan por un estilo de vida sostenible y saludable en general.
Tal es así que muchas son las firmas y marcas que se han sumado a esta nueva tendencia por la naturalidad que ha conseguido aunar naturaleza y bienestar para cuerpo y piel. Una forma natural y saludable con la que mejorar la textura, salud y aspecto de la piel para obtener unos efectos duraderos e hidratantes.
La cosmética natural no debe incluir conservantes, colorantes u otro tipo de químicos. De hecho, sus ingredientes deben proceder de los beneficios de las plantas o elementos naturales o materias primas para conseguir la conexión entre cuerpo, naturaleza y bienestar. De esta forma, no todos los productos pueden optar a la denominación de ‘naturales’, dado que existen unos fuertes requisitos que firmas como COSMOS-standard exigen para entregar sus certificados.
En El Jardín de Hammam nacen nuevos productos y rituales para restablecer el vínculo entre la naturaleza y el cuerpo humano. Rituales que aportan serenidad, calma y relajación en nuestro interior. Haz emerger tu naturaleza interior y emprende tu camino hacia la cosmética natural que comenzó hace tantos años.