Entrar en un hammam es adentrarse en un espacio donde el tiempo se diluye entre vapor, agua y silencio. Quien cruza sus puertas no solo busca relajación: busca un reencuentro con su propio ritmo, un paréntesis de calma profunda.
Si es tu primera vez y te preguntas qué llevar a un hammam, lo más importante es saber que no necesitas mucho: basta con traer tu cuerpo dispuesto a soltar tensiones y tu mente abierta a la experiencia. Aun así, hay pequeños detalles que pueden ayudarte a sentirte más cómodo y preparado para vivir este ritual de manera plena.