Los cuentos fueron los reyes de la literatura en la cultura árabe en cuanto al género literario. No obstante, también hubo una ‘reina’ muy popular: La poesía. En Al Ándalus era un vehículo de transmisión de historias y de información tan popular que cualquiera hacia uso de ella. No era infrecuente, por ejemplo, que los campesinos narrasen en forma de poesía las andanzas más mundanas.
Entre los más destacados poetas de la antigua Al Ándalus, podemos encontrar a Al-Bathaliusi o Ibn Al-Jatîb. No obstante, hoy queremos traeros un nombre quizá no tan conocido como los dos primeros, pero que ante la inminente apertura de Hammam Al Ándalus Málaga, y dado que nació precisamente en la provincia de la Costa del Sol, nos ha encantado recoger su historia.
Se trata de Abu Al Baqa Salah Al Rondi, mucho más conocido como Abulbeca de Ronda. Nacido en esta bella ciudad malagueña en el siglo XII, Abulbeca, algunas de sus obras se pueden encontrar en cualquier recopilación de literatura árabe. Una de sus obras más famosas fue su Qasidah (forma lírica de la poesía), donde se duele de la perdida de las ciudades de Córdoba, Sevilla y Valencia y de otras ciudades de Al Ándalus arrebatadas por el ejercito cristiano de Fernando IIl.
A continuación compartimos un fragmento de esta elegía a la caída de Córdoba y Sevilla, traducida por Varela:
¿Qué es de Valencia y sus huertos?
¿Y Murcia y játiva hermosas?
¿Y Jaén?
¿Qué es de Córdoba en el día,
donde las ciencias hallaban
noble asiento,
do las artes a porfía
por su gloria se afanaban?
¿Y Sevilla? ¿Y la ribera
que el Betis fecundo baña
tan florida?
Esta Qasidah cobró una enorme fama en su época. Además, posteriormente fue creciendo con nuevas estrofas en las que se lamentaba de la pérdida de otras ciudades, sobre todo en el Reino de Granada.
Entre los temas que habitualmente abordaba era común encontrar alusiones a la naturaleza, la noche, la vigilancia; cualidades morales: la inteligencia, la paciencia, la bondad. Además de describir en otros poemas en los que pone en comparación la espada y la pluma.
Como anécdota se dice que Jorge Manrique utilizó la misma forma métrica en “Coplas a la muerte de Don Rodrigo”